CINE, HISTORIA Y TELEVISION
CON FABIO CAPPELLI

Cinema, History and Television with Fabio Cappelli

Corresponsal de la RAI en Paris

Entrevista de João Mascarenhas Mateus

Interview by João Mascarenhas Mateus

Fabio Cappelli

Después de conducir el Noticiario TG2 de la Radio Televisión Italiana y de numerosos servicios informativos enviados de diversas partes del mundo (Irak, Kosovo, Albania, Estados Unidos e Israel entre otros), Fabio Cappelli, actualmente corresponsal de la RAI en la capital francesa, contesta una serie de preguntas sobre la relación entre el Cine y la Historia desde su perspectiva como profesional del medio televisivo.

- ¿Cuando se habla de cine y historia, viene a tu mente alguna película o alguna transmisión televisiva en particular que hayan dejado un recuerdo imborrable en tu niñez o en tu juventud?
 
Mis recuerdos mas intensos en lo que se refiere a la imagen de la historia en la pantalla se remontan al periodo di mi vida de adolescente. La RAI transmitía entonces series televisivas históricas compuestas de muchos episodios que llamaban con especial eficacia la atención de los espectadores más jóvenes. Eran series cuya producción envolvía grandes inversiones financieras y castings muy ambiciosos. De entre esas muchas series que han hecho ellas también la historia de la RAI me acuerdo especialmente de la Odisea con Irene Papas (dirigida por Franco Rossi y Mario Bava, Rai, 1968, 8 episodios de 55 minutos cada) y de Moisés con Burt Lancaster entre otros (dirigida por Gianfranco de Bosio, RAI, 1975, 6 episodios de 60 minutos cada). Era un modo muy eficaz de acercar las grandes masas de teleespectadores a los grandes temas de la cultura y de consolidar imágenes y conceptos históricos haciendo al mismo tiempo opinión publica.

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 - Hoy las entrevistas a personalidades mediáticas y la cobertura de los acontecimientos más recientes te colocan regularmente en relación con la perspectiva histórica. ¿Cual es tu opinión sobre la relación entre documentos menos espontáneos como las películas y la historia?

El cine tiene un particular poder sobre las diversas lecturas de un mismo acontecimiento histórico. En Italia, como también en España, algunos periodos dolorosos de la historia reciente son regularmente revisitados y revistos también por la televisión.

Me acuerdo del ejemplo de la la miniserie televisiva Il cuore nel pozzo  trasmitida por la RAI en dos episodios en febrero de 2005 sobre el drama de las “foibe” en Istria, hoy parte de Croacia y de Eslovenia. En ella se presenta el drama de los masacres de las “fobie” en que han sido asesinados millares de ciudadanos italianos por motivos políticos, llevados a cabo por el ejercito yugoslavo de Tito al final (y durante) la segunda guerra mundial.

Las “foibe” son cavernas naturales abiertas por el pasaje del agua en zonas cársticas y fueron utilizadas par ocultar muchos de los cadáveres de las víctimas.

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- ¿Como ves la importancia de los documentales en la creación de una imagen de la historia?

En mi opinión, poder "ver la Historia” es seguramente mas eficaz que leerla. En el caso de los documentales nos quedamos en ocasiones con la sensación de encontrarnos de frente con una verdad incontrovertible, aunque sepamos que en la realidad también las imágenes son susceptibles de alterar la realidad. Es difícil como profesional a la hora de elaborar un documental, conseguir abstraerse de muchos ruidos de fondo propios de la actualidad y de los límites de la temporalidad. Por eso creo que la tentativa de dar simultáneamente una visión exenta y al mismo tiempo lo mas contextualizada y relativizada posible (del punto de vista histórico, político, social, geográfico, cultural) de un cierto evento histórico es condición sine qua non para la creación de una imagen histórica que tenga condiciones para sobrevivir de forma creíble al tiempo.

- La imagen de muchos actores es para muchos de nosotros también la imagen que asociamos a personajes históricos. ¿Ocurre esto también contigo?

La falta de documentos histórico-iconográficos en unos casos o el menor conocimiento de ciertas realidades históricas en otros, nos llevan a asociar inconscientemente a muchos personajes históricos con la imagen que nos es dada por determinados actores, en películas que por motivos diversos nos han dejado huella. En muchas ocasiones no podemos disociar los rasgos concretos del actor de los del personaje representado por múltiples razones, lo cual no sólo está justificado por una excelente interpretación, sino que también es prueba manifiesta del poder de las imágenes. Burt Lancaster es un ejemplo muy elocuente de lo que acabo de referir. Ha representado papeles inolvidables en la mayoría de las películas en que ha participado. Me acuerdo en especial de su imagen como el Moisés televisivo, a la que antes me refería, y sobre todo de su identificación histórica con el personaje del Príncipe Fabrizio de Salina, protagonista principal de esa inolvidable película Il Gattopardo de Visconti que nos transporta a la incorporación de la Sicilia Borbónica al proyecto de unificación de Italia.

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- ¿Cual es tu opinión sobre los docudramas, esos documentales en los que incluyen algunas secuencias rodadas con actores?

A veces son muy eficaces pero en otras ocasiones se arriesgan a parecer poco verosímiles y abstractos. A lo mejor todos estamos muy habituados a determinadas formas de lenguaje cinematográfico y televisivo. Así a la hora de seguir la narración de una historia ilustrada y entrecortada con la actuación de actores ocurren frecuentemente alteraciones de los niveles de “credibilidad” al pasar de lo que es dicho por el narrador a lo que es representado por los actores, por muy bien y por mucha verosimilitud con que ellos actúen. No siempre se alcanzan los objetivos pretendidos.

-¿Si fueras responsable de una cadena de televisión, qué presencia concederías al cine histórico?

Seguramente que mucha, porque la Historia me apasiona y tiene una función cultural y pedagógica particularmente importante. La revisitación de antiguas series y la compra de las más recientes producciones de cine histórico permitirían crear el justo contrapunto y las diferentes perspectivas de lectura con el cine de temas contemporáneos, las series televisivas ambientadas en la actualidad, los debates y los documentales.

 -¿Es una película actual, retrato del mundo presente?

Es una pregunta que me he planteado en muchas ocasiones. Para mí la fórmula fundamental para intentar establecer un límite entre las películas que realmente retratan el mundo presente y las que no son capaces de hacerlo es la aplicación de criterios de valoración de índole artística. Por eso yo diría que una película actual solo puede ser considerada como retrato de su época si se la puede encuadrar dentro de los parámetros de singularidad propios de una obra de arte.

- ¿Te acuerdas de alguna película italiana no histórica, que con el tiempo haya devenido un testimonio importante de su tiempo?

Un caso típico me parece  La dolce Vita de Fellini. En la época en la que ha sido producida quería ser simplemente una narración, una instantánea de la Roma de esos años, pero después se ha convertido e un auténtico documento histórico. La Dolce Vita tiene la particularidad de ser un retrato datado y al mismo tiempo intemporal de la ciudad de Roma y de sus gentes. La omnipresencia del Vaticano y la mezcolanza de los fait-divers propios del siglo XX constituyen un documento histórico que nadie puede evitar a la hora de hablar de Roma.

www.cinematismo.com

- ¿Háblame de algunos directores italianos especialmente significados para una visión de la historia?

Rossellini antes que cualquier otro, pero también Visconti y Fellini, por citar los que me parecen evidentes. Rossselini no solo por su producción neorrealista que tiene una altísima calidad poética añadida, sino también por los trabajos sobre personajes históricos que hizo para televisión y que iniciaron un camino al que se ha acudido después repetidas veces. Visconti porque con su maestría y su maniera aristocrática ha conseguido elaborar y transmitir imágenes de la historia italiana irrepetibles. En último témino Fellini, porque situándose fuera de todos los cánones establecidos ha elaborado una serie de retratos del pasado, como en su recreación del Satiricón o en su visión del personaje de Casanova, y de su época en los que ha ido construyendo visiones muy personales de su entorno, que como en el caso antes mencionado de La dolce vita, se han convertido en testimonios insuperables de lo que acontecía y preocupaba en esos años.

-¿Sustituirán las películas históricas algún día a los libros?

Espero que no porque el “tempo” de cada uno de los dos soportes documentales es y será siempre muy distinto. Las narraciones transmitidas por el escritor y por el director de cine obedecen a interacciones diferentes con el lector del documento y el tiempo de recepción y reflexión sobre los mensajes es muy diferente y sirven objetivos en parte coincidentes y en parte distintos. Una gran película no puede nunca sustituir a un gran libro y viceversa.

- Roma es una ciudad que te dice mucho porque ahí has vivido gran parte de tu vida. ¿Según tu opinión cuáles son los retratos de la vida de Roma en el cine a lo largo del siglo XX que podrías referir como esenciales?

El listado sería amplio por suerte para la ciudad de Roma y también por suerte para el cine. No puedo evitar referirme de nuevo a los directores que antes he mencionado. Entre las películas a mi juicio más representativas, aparte de la ya mencionada La dolce Vita, estarían otras dos películas emblemáticas Roma Città Aperta de Rossellini o también Bellissima de Visconti. En ambos casos se da la coincidencia de que fueron interpretadas por esa grandísima actriz romana, Anna Magnani, alguien que podría reflejar en gran medida el pálpito y el carácter de la ciudad eterna.

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ISSN 1988-8848