A PROPÓSITO DEL LIBRO:
RAFAEL MALPARTIDA,
ESPECTROS DE CINE EN JAPÓN.
ENTRE LA LITERATURA, LA LEYENDA
Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS,
SATORI EDICIONES, GIJÓN, 2014, 304 PÁGINAS

About the book: Rafael Malpartida,
Espectros de cine en Japón. Entre la literatura,
la leyenda y las nuevas tecnologías,
Université Paris Sud, París, 2013, 340 pages

Lcda. Marta García Villar
Escritora y Filóloga
Málaga

Recibido el 18 de Abril de 2017
Aceptado el 12 de Mayo de 2017

 

Espectros de cine en Japón se une al catálogo de la editorial Satori, que cuenta ya con amplia experiencia en la publicación de obras de carácter divulgativo sobre cultura japonesa, especialmente en lo relativo a las áreas vinculadas a la mitología y el imaginario del país del sol naciente. Rafael Malpartida Tirado, Profesor Titular de la Universidad de Málaga y especialista en desentrañar los lazos que unen el cine y la literatura, aporta un enfoque más a esta familia de publicaciones para analizar el mundo espectral nipón en el ámbito del cine, y específicamente en un género hacia el que no duda en mostrar su fascinación: el cine de fantasmas japonés.

La obra presenta una estructura muy marcada que resulta definida y presentada en la introducción del autor, donde, además de adelantar los temas que se recorrerán a lo largo del libro, él mismo justifica el porqué de su interés por este tema a pesar de la irónica primera afirmación con la que nos da la bienvenida: «No creo en fantasmas, espectros, espíritus o como queramos llamarlos» (p.19), afirmación que solo se hace patente exceptuando las horas en las que reconoce haber disfrutado de filmes que recorren los senderos del Más Allá. De tal evidente interés por la figura del fantasma nace la consecuente admiración por parte del autor por el tratamiento que la cultura japonesa hace de él en un código que supera el maniqueísmo y discurre por peculiares formas de tratar el terror acompañado del amor en un equilibrado vaivén.

Esta introducción en la que se desgrana toda la estructura posterior de la obra será de utilidad para el lector que quiera centrar su atención en un aspecto u otro del libro, además de que supondrá toda una declaración de intenciones aderezada con anécdotas personales sobre el visionado de algunas películas que despiertan una sonrisa ante su naturalidad y sinceridad. La empatía con el lector que nace de dicha pasión declarada y presente en el discurso de Rafael Malpartida se perfila como un principal resorte para atrapar tanto a neófitos como aficionados, aunque quizá sean estos últimos quienes disfruten con más plenitud este viaje espectral. Previo a esta introducción, se encuentra un prólogo sobre la proyección, antecedentes y recepción del cine de terror japonés por parte del experto Jesús Palacios, quien participó junto al autor en las IV Jornadas de Literatura y Cine de la Universidad de Málaga en 2013 explorando el universo fantasmal nipón en la literatura y el cine. Con grandes dosis de didactismo y de la misma pasión y admiración por el tema, sus palabras son un adecuado preámbulo a las de Malpartida para entrar en materia y reivindicar con numerosos ejemplos y datos la estela recorrida por los fantasmas japoneses de celuloide.

A continuación, la obra nos ofrece una estructura simétrica de artículos dividida por una cesura heredera del Tiempo y la Historia: los tres primeros, aunados bajo el capítulo «Clásicos», analizan tres grandes ámbitos de la etapa dorada del cine fantástico japonés, la década de los años cincuenta y sesenta; por otra parte, los tres últimos, bajo el capítulo titulado «Modernos», se centran en las figuras de tres cineastas que revitalizaron el género a partir de los años noventa. Si en un primer caso, la motivación del autor para investigar y divulgar reside en el despliegue visual, artístico y argumental de las historias y los motivos clásicos, en el segundo es el intrincado engranaje de mecanismos del horror en una ambientación contemporánea lo que le intriga. Dos secciones muy diferenciadas entre sí, pero acordes al espíritu temático del libro en una sociedad y una cultura donde el imaginario está en continua actualización día a día a través de las artes.

El capítulo «Clásicos», como ya hemos mencionado, se estructura a través de ámbitos o herencias, más que por cineastas concretos. De esta forma, un primer subcapítulo está dedicado al kaibyo eiga, el cine sobre gatos espectrales que recoge el testigo de aquellas historias folclóricas vinculadas a los nekomata (‘gatos de doble cola’). Además de una introducción a los motivos comunes, el lector encontrará datos y enumeraciones de películas enmarcadas en este ámbito, así como un análisis fílmico más detallado de Kuroneko (Shindo, 1968), resaltada por el autor debido a su trascendencia, a la doble moral de su historia y a sus trabajados recursos visuales.

El segundo subcapítulo versa sobre las numerosas versiones fílmicas (muchas perdidas en la actualidad) de la obra de teatro kabuki Tokaido Yotsuya Kaidan (Namboku, 1825), sobre el espectro de Oiwa, lo que supone una labor de investigación meritoria por la escasez de referencias y evidencias del texto original, así como de copias de las adaptaciones. A diferencia del subcapítulo anterior, donde el análisis predominante recaía en una sola película (Kuroneko), en esta ocasión contamos con una perspectiva comparativa de distintas versiones de la obra más emblemáticas: Yotsuya Kaidan (Kinoshita, 1949), Tokaido Yotsuya kaidan (Nakagawa, 1959), Kaidan Oiwa no borei (Kato, 1961) y Yotsuya Kaidan (Toyoda, 1965).

Para cerrar el capítulo de «Clásicos», Malpartida resalta la nívea figura de Yuki-Onna, la mujer de nieve, como todo un ejemplo de contraste entre el terror y el amor, la violencia y la piedad en las más claras representaciones fílmicas de la época. En este caso, el análisis se centra en el segundo capítulo del filme El más allá (Kwaidan, Kobayashi, 1964), que el autor de este libro destaca en su análisis eminentemente por sus recursos técnicos y visuales, y en Kaidan yukijoro (Tanaka, 1968), filme sobre el que se percibe un análisis más profundo y apasionado debido a una clara predilección hacia él por su abundancia de nutrientes al texto original que «le otorgan sustancia e incluso significado» (p. 92) mediante el aporte enriquecido de matices de piedad, amor e incomprensión a la protagonista.

Cruzada una barrera que nos traslada varias décadas en adelante, nos adentramos en el capítulo de «Modernos», donde cada uno de sus subcapítulos estará dedicado a un director concreto. En el primer caso, no puede faltar Hideo Nakata como revitalizador del género, a quien el autor le dedica un apasionado estudio sobre sus dos adaptaciones fílmicas de textos de Koji Suzuki: Ringu (1998) y Dark Water (Honogurai mizu no soko kara, 2002). Sobre la primera destaca el didáctico análisis que se nos ofrece sobre los momentos climáticos y los mecanismos del terror en el texto original y en la adaptación de Nakata, así como la comparación con sus remakes extranjeros: The Ring Virus y The Ring, surcoreano y americano respectivamente. Sobre la segunda, fundamentada en la fascinación que siente el autor por la relación entre el amor y los fantasmas, así como  por la vinculación de lo espectral con lo humano en una desolada necesidad de afecto, se acerca con especial cariño al análisis de Dark Water.

Un segundo subcapítulo, el más corto de todos (pero no por ello menos intenso), está dedicado al director Takashi Shimizu como artífice de algunos de los personajes más aterradores del cine de los últimos años en su película La maldición (Ju-on, 2002). Rafael Malpartida le brinda al director un análisis de lo que verdaderamente caracteriza su estilo, desde sus primeros trabajos en cortometrajes como sustentos de su futura obra terroríficahastalos mecanismos del espanto en sus encuadres, planos y peculiares efectos sonoros, al igual que un comentario sobre sus secuelas y remakes derivados.

Finalmente, un tercer director irrumpe en el camino para cerrar el conjunto de ensayos, como exponente y ejemplo de que no todo en el género en los últimos años es agotamiento de fórmulas repetidas, ya que el autor le otorga a Kiyoshi Kurosawa ser el tercer vértice de su triángulo de cineastas por su personalidad a la hora de definir los espectros en su cine. Para ello, tras una contextualización de trabajos previos e influyentes, resalta el análisis del telefilme Séance (Korei, 2000) y su particular estilo evidente al configurar la culpa como mecanismo de violencia psicológica, Pulse (Kairo, 2001) y Retribution (Sakebi, 2006), a las que le dedica una descripción del perfil de los fantasmas utilizado por Kurosawa, así como de los recursos y los temas predominantes, como el suicidio o la incomunicación.

Estos seis subcapítulos suponen un análisis fílmico y unas guías de visionado con claves y recursos cinematográficos que, junto con una selección de imágenes de los planos reseñados, dotan al ensayo de un carácter eficazmente divulgativo e ilustrativo para el lector, que agradecerá ver las muestras gráficas de terror acompañando y complementando el texto. Se trata de una valoración y un sentir didáctico y expositivo patentes en una obra con un claro objetivo ensayístico sobre lenguaje cinematográfico. Algunas de las claves mitológicas más importantes serán descritas, dado el tema que le ocupa, pero no con tanta profusión como el contexto y los recursos fílmicos. Este aspecto, sin embargo, no puede ser reprochado en ningún momento al conjunto de la obra, puesto que, desde el principio, el autor otorga herramientas al lector para ahondar en este componente a raíz de una amplia bibliografía y unas cuidadas notas a pie donde no faltan referentes del mundo sintoísta y mítico japonés como Lafcadio Hearn, Hadland Davis o recientes publicaciones como Requena Hidalgo o Pérez Riobó y Chiyo Chida.

El estilo del ensayo es fluido y fresco, con una sutil mordacidad e ironía a la hora de abordar algunas cuestiones que enojan particularmente al autor, así como con una pasión natural que amenizan la lectura en numerosas ocasiones. Didactismo y color en un discurso que acomodan a nuestros sentidos del mismo modo que las originales ilustraciones que separan los capítulos (y que incluyen referencias a los temas tratados) y las láminas a todo color que reflejan los títulos de las películas analizadas.

A continuación, hallamos una coda en la que el autor recopila los motivos e hitos más sobresalientes del cine de terror japonés, como la vinculación con el agua, lo femenino, la culpa, la violencia, la maternidad, la tecnología o lo legendario. Además, se incidirá una vez más en la adecuada labor desarrollada en Japón en el lenguaje cinematográfico del terror, así como en su comparación con las técnicas explotadas injustificada e ineficazmente en numerosos remakes extranjeros. Una coda que supone una última llamada de atención sobre los prejuicios que han recaído sobre este género cinematográfico.

Si uno de los objetivos del autor con esta obra, que era revitalizar y reivindicar la valía de estos filmes, ya fue suficientemente cumplido en el resto de sus páginas, al final de la misma encontramos todo un regalo más que original: un diccionario de 38 películas japonesas sobre espectros y fantasmas en el que incorpora una breve ficha técnica y una crítica (con valoración numérica incluida autoconsciente de su variabilidad con el tiempo) a modo de atractivo recurso para que el lector sienta curiosidad por adentrarse en este panorama cinematográfico y contrastar sus propias impresiones. Una idea que, además de agradar a los curiosos, supone una evidencia más de la ausencia de muchas de estas películas en la actual distribución española en formato doméstico.

Espectros de cine en Japón representa, pues, el deseo de Rafael Malpartida de divulgar un tipo de cine de calidad pero poco valorado en nuestro país. Si bien muchos de nosotros quizá nos acercamos a él a raíz de algunas de las obras de Nakata o Shimizu que el autor define con mimo, con esta obra se evidencia que todavía queda mucho por hacer ante una laguna de distribución que no hace más que motivar el desconocimiento y el prejuicio. Es de agradecer que cada vez con más frecuencia haya autores y editoriales que confíen en agrandar el panorama actual de publicaciones sobre un tipo de cine que no se ha considerado con la suficiente seriedad. Del mismo modo, es gratificante que, en este caso, el acercamiento que nos ofrece Malpartida al mundo de los fantasmas japoneses sea amplio, fresco y didáctico mientras nos tiende una mano firme al Más Allá de la piadosa Yuki y la letal Sadako.


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ISSN 1988-8848