LA LEGIÓN DEL ÁGUILA (K. MacDonald, 2011).
EL HONOR DE ROMA


The Eagle (K. MacDonald, 2011).
The Roman honour

Lcdo. Marcos Uyá Esteban
Historiador y Antropólogo
Granada

Recibido el 26 de Septiembre de 2012
Aceptado el 6 de Noviembre de 2012

Resumen. The Eagle o La Legión del Águila, representa la última de una serie de películas del género “péplum”, ambientadas en la antigua Britania romana, que han proliferado durante los últimos años. Basada en una novela histórica del mismo nombre, y ubicada entre la leyenda y la realidad, narra la aventura de dos hombres para recuperar el honor de una legión, la IX Hispana, que fue mancillado por la pérdida de su más insigne estandarte: el águila, símbolo de las legiones romanas.
Palabras clave. Roma, Muro de Adriano, Britania, Águila, Legio IX Hispana, Pictos.

Abstract. The Eagle is a film set in ancient Roman Britain and it is a recent example of the so called “peplum” genre movies which increase so much in popularity in recent years. The screenplay has been adapted from the historic novel called The Eagle of the Ninth, between legend and reality. The movie narrates the adventures of two men determined to restore the lost honour of a legion, IX Hispana, besmirched by the loss of its most distinguished banner: the eagle, the Roman legions’ symbol.
Keywords. Rome, Hadrian’s Wall, Britannia, Eagle, Legio IX Hispana, Picts.

Durante los últimos años, en lo que se refiere al “péplum” romano, habría que hacer notar el significado protagonismo que ha tenido un espacio geográfico bien delimitado: las Islas Británicas. The Eagle representa la última de una serie de películas ambientadas en la provincia romana de Britania, cuya serie se abrió con la película rodada en 2004, King Arthur (El Rey Arturo), dirigida por Antoine Fuqua, producida por Jerry Bruckheimer, con Clive Owen como protagonista y Hans Zimmer como responsable de la banda sonora. Está ambientada en el marco de la leyenda del rey Arturo, al igual que La Última Legión película ésta de 2007, dirigida por Doug Lefler y basada en la novela del mismo nombre, escrita por Valerio Massimo Manfredi. Ambas, en un intento de trasladar unos siglos atrás el nacimiento de la leyenda de Arturo, según los últimos estudios sobre la figura del rey, presentan los momentos finales del Imperio Romano, cuyo último bastión se encontraría en Britania. Mezclando realidad y leyenda, aunque históricamente no se ajustan a la verdadera sucesión de acontecimientos que sufrió la convulsa isla a lo largo del siglo V, presentan, al menos, un intento de recuperar el género de aventuras ambientadas en el mundo romano. Similar pretensión tiene la versión de Espartaco del 2004 de Robert Dornhelm o, más recientemente, en 2009, el film de Alejandro Amenábar Ágora, si bien esta última presenta un diferente enfoque en un mundo oriental de influencia grecorromana. La Alejandría egipcia es representada como un crisol de religiones, paganismo, judaísmo y cristianismo. En ese ambiente se desenvuelve Hipatia de Alejandría, matemática, filósofa y astrónoma, en un momento y un lugar de profundos cambios, imbuidos por el ascenso del cristianismo como religión preponderante.

Sin embargo, la película Centurión, la tercera de esta serie de películas romanas ambientadas en Britania, dirigida por Neil Marshall en el 2010, se aleja del mito artúrico y se traslada a principios del siglo II de nuestra era, concretamente al año 117, en una isla romanizada. En estas coordenadas se muestra la historia de un centurión, llamado Quintus Dias, dentro del contexto del intento de conquista romana de la parte norte de Britania, la actual Escocia. En una escaramuza fronteriza con los pictos, se ve diezmada la legión IX Hispana, que debe de ser la misma que aparece en La Última Legión. La trama del film es la narración del modo en el que unos cuantos hombres sobreviven, entre ellos el centurión, tras intentar sin éxito rescatar al legado de la legión, Titus Flavius Virilus, dando lugar a una épica huida de los pictos, hasta el Muro de Adriano, en la que finalmente sólo sobrevive el protagonista. Dias informa del desastre al gobernador de la provincia, Agrícola, aunque se puede comprobar que no es el famoso Gnaeus Iulius Agricola, suegro de Tácito y gobernador entre el 78 y 84. Históricamente debía de ser Marcus Apius Bradua, quien, temeroso de tener una mancha en su expediente como gobernador por este fracaso militar, decide que el destino de la legión IX Hispana debería seguir siendo un misterio. Algunos han pretendido ver esta película como una especie de precuela de la historia que se desarrolla en The Eagle.

The Eagle, estrenada en febrero de 2011 en EEUU y Canadá, y un mes más tarde en Francia y Reino Unido, sería la última de esta serie. Fue dirigida por el escocés Kevin MacDonald (director de El último rey de Escocia del año 2006 y ganadora de un Óscar) y el guión es obra de Jeremy Brock. Se trata de una adaptación de la clásica novela de Rosemary Sutcliff, escrita en 1954, con el mismo título y dirigida a un público juvenil. Según constata la autora en el prólogo, la historia fue creada a partir de dos elementos: la desaparición de la legión IX Hispana (conocida como la Novena Legión a partir de los registros históricos) tras una expedición al norte de la isla para hacer frente a las tribus de Caledonia en el 117, convertida sin querer y salvando las distancias en una especie de continuadora de la película Centurión; y el descubrimiento de un águila romana en las excavaciones realizadas en los años cincuenta en la antigua ciudad romana de Calleva Atrebatum (la actual Silchester), que se encuentra actualmente en el Museo de Reading. Pero este águila no es un águila militar, ya que aparece con las alas plegadas, al contrario de lo que ocurre con las que se inmortalizaron en los estandartes romanos a partir de las reformas militares de Cayo Mario, éstas sí con las alas desplegadas. Sutcliff pudo tomar este tipo de águila, que bien pudo formar parte, según los estudios realizados, de una estatua de Júpiter dentro del Foro, como base para su novela histórica y hacer una épica historia entre un joven oficial romano con rango de centurión, llamado Marcus Flavius Aquila, y su esclavo Esca, perteneciente a la tribu de los brigantes, que en época prerromana controlaba lo que hoy en día es el norte de Inglaterra. En el año 140, siendo emperador Antonino Pío, atraviesan el Muro de Adriano, construido en los años 122-132, para recuperar el águila, que veinte años atrás el padre de Marco perdió, junto con la IX Hispana, en una emboscada tendida por las tribus pictas de Caledonia, en las tierras altas de Escocia. De ahí que el emperador Adriano construyera el muro, para señalar el límite del Imperio Romano y del mundo conocido y, de paso, proteger la provincia de las incursiones de los pictos. Es difícil de conocer el verdadero destino que sufrió la IX Hispana. Acuartelada en aquel momento en Eburacum, la actual York, parece ser que desapareció entre la niebla cuando se adentraba más allá del Muro de Adriano. No obstante, la legión, dirigida en aquel momento por el legado L. Aninius Sextius Florentinus, presuntamente fue aniquilada en el 122, en el curso de una rebelión de los brigantes, y no fue reconstruida. Pero hay posiciones que defienden la postura de que la aniquilación de la legión en ese momento no fue tal, ya que algunos destacamentos de la misma la sitúan al año siguiente, el 123, en Noviomagus Batavorum (Nimega, Países Bajos), provincia de Germania Inferior en aquel momento, para pasar con posterioridad de ahí a Judea en tiempos de la rebelión de Simón Bar Kochba acaecida entre el 132 y 135, bajo el mando de Sextius Iulius Severus, donde parece que ya sí fue destruida. No obstante, se sugiere que pudo sobrevivir hasta tiempos de Marco Aurelio, puesto que en el 161, tras haber estado anteriormente destinada a Cappadocia, en Turquía central,permanecía acantonada en Elegeia, a la orilla izquierda del Éufrates, bajo las órdenes del gobernador M. Sedatius Severianus. Allí fue sorprendida y exterminada por los partos, una suerte de preludio de la guerra que se libró entre los años 162 y 166. Por tanto, no parece probable, según los registros epigráficos y literarios, que la IX Hispana, que comúnmente se denominaba VIIII Hispana, acabara sus días en las tierras altas de Escocia.


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Dirigiendo nuestra atención a la película, habría que comenzar por afirmar que ésta nos ofrece un relato personal y puntual sobre el honor perdido y la amistad como elementos preponderantes entre dos jóvenes de civilizaciones enfrentadas. El primero de ellos, Marcus Flavius Aquila (Channing Tatum, G.I. Joe: The Rise of Cobra, Dear John), con el rango de centurión, es destinado a Britania y está decidido a restaurar la empañada reputación de su padre, Flavio Aquila. Al mando de un pequeño campamento romano situado al suroeste de la isla, una de las primeras acciones que realiza el joven oficial es rezar a Mitra, divinidad persa-iraní adaptada al mundo grecorromano como Helios, Dios del Sol o Dios de la Luz, y extendida por todo el Imperio, según afirma Plutarco, a raíz de las campañas de Pompeyo en Oriente. Según las primeras noticias conservadas de este culto, se conoce que especialmente caló entre los soldados romanos. Parece ser que en Roma se le dio una naturaleza diferente, ya que según el mitraísmo practicado, del que apenas hay referencias literarias, Mitra nace en una gruta o en una roca donde es adorado por pastores. Después de realizar numerosos milagros como servidor de Dios, asciende a los cielos y media entre los hombres y el llamado Tiempo Infinito. Lo que intentaba el mitraísmo era explicar la razón de la existencia y la muerte del hombre. El Tiempo Infinito, especie de Dios supremo, crea el Cielo y la Tierra, quienes, a su vez, engendran el Océano. El Tiempo también crea al demonio, que, aliado con la Oscuridad, lucha contra el Cielo y los humanos, aliados de la Tierra. Mitra, Dios de la Luz, interviene en auxilio de los humanos y es tan poderoso que transforma el orden del Universo. Pero la verdadera acción que encumbra al centurión romano dentro de su nuevo destino es resistir junto a sus hombres un asedio nocturno y un posterior ataque a la mañana siguiente de una tribu britana, aunque fuera malherido. Lo más destacable de este principio es sin duda la fantástica recreación del campamento romano, el castrum, donde es posible conocer de primera mano el modo de vida de los legionarios romanos, el excelente vestuario de combate, los contubernia o lugares de descanso, la arquitectura militar o el fantástico despliegue de las tropas que refleja fielmente la formación en posición de combate, con la testudo, en el campo de batalla, mostrando en este aspecto un cuidado rigor histórico. Sin ser un despliegue de efectos digitales excepcionales, la defensa del campamento es entretenida y correcta, sin abusar de los efectos, con un buen uso de los planos cerrados, la cámara lenta y la música.


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Como hemos dicho, Marcus Flavius Aquila es un centurión, por lo que tiene a sus órdenes de 80 a 100 hombres. En la película no se especifica dentro de los centuriones qué rango tenía, si bien dice que proviene de la Galia y que estaba al mando de la cuarta cohorte de la II Legión, lo cual hace suponer que no era considerado el primus pilus, que era el centurión de la primera centuria de la primera cohorte de la legión, con lo que tenía a su mando el conjunto de las 10 cohortes de las que se compone una legión. Cada centurión contaba con un segundo en el mando, al que se llamaba optio, quien, a su vez, era auxiliado por un teseratius. En cuanto al centurión más novato, recibía el nombre de hastatus posterior, y se le ponía al mando de la décima cohorte. A los centuriones se les distinguía del resto de legionarios por su penacho atravesado de lado a lado sobre el yelmo y su vara de sarmiento, símbolo de su autoridad.

Herido y maltrecho, el centurión es trasladado a la villa que regenta su tío Aquila (Donald Sutherland, Doce del Patíbulo, Novecento, JFK: caso abierto, Cold Mountain), un oficial retirado, cerca de la ciudad de Calleva. Convaleciente, Roma elogia sus servicios pero quiere licenciarle a causa de sus heridas. Desmoralizado, observa una pelea de gladiadores y pide impulsivamente que se le perdone la vida a un joven gladiador britano, llamado Esca (Jamie Bell, Billy Elliot, Jumper, The Adventures of Tintin: Secret of the Unicorn), el otro protagonista del film, que le es regalado, después de ser comprado por su tío. Marco tratará con desprecio al esclavo y Esca odia todo lo que representa lo romano, pero el britano jurará servir al hombre que ha salvado su vida.


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Tras llegar a sus oídos que el emblema de la legión, el águila, ha sido visto en un templo más allá del muro de Adriano, Marco, desafiando toda lógica, decide recuperar el honor de su padre, llevándose a su esclavo consigo. En la historia de Roma, conocemos episodios contrastados sobre recuperaciones del águila de las legiones, caso de Germánico tras el desastre de Publio Quintilio Varo en Germania en los bosques de Teutoburgo del año 9, quien consiguió recuperar los tres estandartes de las legiones XVII, XVIII y XIX, o el ejemplo de Trajano también en Germania, cuando en época del emperador Domiciano se perdieron los estandartes de las legiones V Alaudae y XXI Rapax. Pero, en concreto, no sabemos si el águila de la legión IX Hispana fue o no recuperada, ya que los historiadores romanos callan al respecto, puesto que no eran dados a transmitir los desastres de las legiones en campaña, salvo si se recuperaban los estandartes. En este caso, probablemente las fuentes obvian tal hecho, con lo cual, es muy probable que en realidad no se recuperara e incluso quizás ni siquiera se perdiese.


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El viaje de Marco y Esca es largo, con lo que les da tiempo a entablar cierta amistad. Si bien los diálogos entre ellos no son profundos, ni grandilocuentes, ni siquiera emocionan en exceso con su interpretación (más bien les falta algo de carisma), al menos el guión no contiene situaciones o diálogos sin sentido e infantiles, y se desarrolla de forma cabal con alguna que otra situación medianamente interesante. Es el caso de la emboscada de un pequeño grupo de pictos, en la que se aprecia de primera mano la lucha cuerpo a cuerpo o el porqué de la importancia que para Marco tiene el águila, símbolo del honor y de la Roma misma. Eso sí, la fotografía y los preciosos paisajes escoceses, en donde se observa la combinación de colores y contrastes, es uno de los factores que más destaca en el film, desde frondosos bosques a tierras baldías. En el camino se encuentran con Guern (Mark Strong, Revolver, Tristán e Isolda, Sherlock Holmes), quien parece un nativo de la zona, pero en realidad es un ex legionario romano, uno de los supervivientes de la Novena gracias a la hospitalidad de la tribu de los selgovae, históricamente situada al suroeste de Escocia. Guern señala a Esca que él sí puede saber dónde está el águila y por ende revelar el misterio de la desaparición de su padre, ya que el padre del esclavo fue jefe de la tribu de los brigantes, una de las tribus causantes de la desaparición de la legión. Finalmente, el viaje acaba prácticamente en el extremo más septentrional de la isla, lugar de la tribu de los foca, una tribu ficticia que Sutcliff inventó para su novela, que geográficamente podría compararse con la tribu de los cornavii que Ptolomeo cita en su Geografía, aunque el aspecto que presentan en la película dista mucho de ser realmente el que estas tribus llevarían. Su imagen se asemeja más a las tribus de las grandes llanuras de Norteamérica, si bien al menos sí van pintados de azul, descripción que encaja con la de los historiadores clásicos sobre los pictos, que les daban la apariencia de fieros y aguerridos hombres, casi sobrenaturales.


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Capturados por el príncipe de los foca (Tahar Rahim), los dos protagonistas invierten los papeles; Marco ahora es el esclavo y Esca su señor. El joven oficial romano al principio duda de las intenciones del britano, pero después descubre que la lealtad hacía él de su esclavo sigue patente, y que tan solo es una estratagema para ganarse la amistad de la tribu. Después de una noche intensa, con una ceremonia en la que los guerreros de la tribu entran en trance y quedan dormidos a los pies de una playa, los dos protagonistas encuentran el águila, aunque son emboscados por varios guerreros, entre ellos el padre del príncipe. Al final salen indemnes y, al amanecer, con la complicidad del hijo del príncipe, escapan del poblado rumbo sur hacia la Muralla de Adriano. Al despertar los guerreros y ver que el águila ha desaparecido, inmediatamente casi la totalidad de la tribu se pone en marcha tras ellos. Marco, frenado por su vieja herida de batalla, ordena a Esca que lleve el águila romana a territorio romano e incluso concede al esclavo su libertad. El ya antiguo esclavo se niega a abandonar a su amigo y en su lugar se dirige a buscar ayuda. Regresa, entre la niebla, con los supervivientes de la IX Hispana justo a la vez que aparecen los guerreros foca dirigidos por su príncipe, quien recuerda mucho al famoso personaje Magua, el jefe indio hurón, de la película El Último Mohicano protagonizado por Wes Studi, al igual que esta parte final del film, con situaciones y paisajes un tanto parecidos. Los legionarios, queriendo redimirse del desastre de veinte años atrás, aceptan a Marco como su comandante y se preparan para defender el estandarte del águila en un riachuelo. Como ejemplo para aquellos que traicionan a su pueblo, el príncipe de los foca mata a su hijo delante de Esca, Marco y los legionarios, y luego ordena a sus guerreros atacar. Estalla una cruel batalla, en la que el príncipe foca y todos sus guerreros son asesinados, así como la mayoría de los soldados supervivientes. Después de enterrar a los legionarios caídos, incluyendo a Guern, Marco, Esca y los pocos sobrevivientes de la IX Hispana vuelven a territorio romano, donde los dos primeros ofrecen al asombrado gobernador en Londinium (la actual Londres), quien debería históricamente ser Aulus Platorius Nepos, el recuperado estandarte de la legión. En un final previsible, se habla de que la IX Hispana va a ser reformada con Marco como comandante, es decir, como legado de la legión, cuando independientemente del destino final que pudo tener, lo que realmente sucedió fue que se sustituyó por la legión VI Victrix. La escena final es de lo más criticable de la película, cuando Marco y Esca, después de dejar el águila, salen riendo como en las malas comedias de los noventa, denotando el a veces manido “happy end”, que queda, en este caso, fuera de tono y algo absurdo.


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En definitiva, es un film aceptable, entretenido, sin grandes altibajos, con un resultado digno, si bien en el último tercio de la película el desarrollo y la trama aparecen demasiado ralentizados. La interpretación de los personajes es correcta, no embriaga pero tampoco aburre. La música, compuesta por el islandés Atli Orvarsson, es amena, con mucha caracterización celta, en donde los acordes que suenan a lo largo de la película no desentonan con las escenas y diálogos. The Eagle no pasará a la historia como una de las grandes creaciones del péplum romano, pero, al menos, tiene el empaque suficiente como para entretener al espectador en la mayor parte de su tiempo.

 

Bibliografía

CAMPOS MÉNDEZ I., Fuentes para el estudio del mitraísmo, Museo Arqueológico Municipal, Córdoba, 2010.
GOLDSWORTHY A., El ejército romano, Akal, Madrid, 2005.
MIELOST Ch., “La legión del águila: honor y lealtad”, 9 de Abril de 2011, RODRÍGUEZ GONZÁLEZ J., Historia de las legiones romanas, Signifer, Madrid, 2001.

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ISSN 1988-8848