A PROPÓSITO DE UN LIBRO RECIENTEMENTE PUBLICADO

About a recently published book

CAMARERO Gloria, DE LAS HERAS Beatriz, DE CRUZ Vanessa (Eds),
Una Ventana Indiscreta.  La Historia desde el Cine,
Editorial JC, Madrid 2008, 207 pp + CD.

Dr. Óscar Lapeña Marchena

Historiador del Cine
Cádiz

Resumen. En el I Congreso de Historia Y Cine clebrado en la Universidad Carlos III de Madrid en septiembre de 2007, se trataron las relaciones entre el Cine y la Historia como disciplina. Los aspectos más destacadosdeste encuentro fueron la revisión crítica de esas mismas relaciones y la amplitud de temas abordados.
Palabras clave. Historia, Cine, Congreso.

Abstract. the First Spanish Congress in History and film, held at the the Uniersity Carlos III of Madrid in September 2007, was especially dedicated to the relattionships between Cinema and academic concept of History. the debate implied very much the critical revision of many of the defiitions concerning those different relations based on a broad and extensive discussion of a great variety of thematics.
Keywords. History, Cinema, Congress.

 

 

En el pasado año 2007, durante los días 5, 6, 7 y 8 de septiembre, se celebró en la Universidad Carlos III de Madrid el I Congreso Internacional de Historia y Cine, en el que participaron activamente reconocidos especialistas en la materia de España, Latinoamérica y Francia. Han trascurrido unos diez meses desde aquel evento y ahora se edita el presente volumen que recoge doce ponencias a las que se añade un prólogo elegido para la ocasión y firmado por uno de los actuales referentes en el terreno de la investigación de las relaciones entre el cine y la historia, el profesor Robert A. Rosenstone. El libro, además, viene acompañado de un CD en donde se publican, con ilustraciones de gran calidad, las más de sesenta comunicaciones presentadas durante los cuatro días del Congreso. La lectura del libro y del CD ofrece un total de más de novecientas páginas en donde queda reflejado de manera patente que los estudios en el ámbito de las cada vez más complejas relaciones entre el Cine –y por extensión del mundo de la imagen en el contexto de la cultura popular–, y de la Historia académica y profesional, gozan de buena salud y de que se encuentran en un proceso de madurez y de amplitud de miras en lo concerniente a las propuestas de investigación.
El libro editado por Gloria Camarero, Beatriz de Las Heras y Vanessa De Cruz se presenta como una puesta al día, como una adecuación del marco teórico y de los planteamientos hasta ahora utilizados a la hora de analizar las relaciones del historiador con el universo de la imagen, en especial con el cine. Estas relaciones han encontrado un fértil desarrollo en el contexto más amplio de la cultura popular y en el campo de estudio de la recepción, en ese mismo ámbito, de las reconstrucciones históricas realizadas en los formatos cinematográfico y televisivo, que se presenta, no ya como exclusivamente opuesto a la historia académica, sino sencillamente como otra disciplina más dentro de los estudios históricos.
Dos aspectos llaman poderosamente la atención después de leer el presente volumen. El primero de ellos hace referencia al propio subtítulo asignado al libro.  “La Historia desde el Cine”. Esta acertada elección ya sitúa desde el inicio la necesidad de cambiar el modo en que están planteadas las relaciones entre el Cine y la Historia. Por una vez, no se trata del Cine analizado, examinado por la lupa de los historiadores, sino que el ángulo cambia y ahora le toca el turno al análisis de la Historia a través de una industria de ocio y propaganda, como es el Cine, que ha alterado de manera radical las costumbres sociales, el tiempo de ocio, de educación y de producción de las sociedades occidentales desde hace más de un siglo. Con la adopción del mencionado subtítulo se pone de manifiesto la necesidad de dar por definitivamente superado el horizonte de los trabajos en los que el historiador se limitaba a juzgar las coincidencias entre la historia académica y las imágenes que ofrecían las pantallas en beneficio, especialmente, del aprovechamiento didáctico de las mismas. Un modo de trabajo que empequeñecía el mensaje ofrecido por las películas y lo subordinaba a los modelos de trabajo del historiador profesional.
Esta necesidad de replantear los principios del análisis y las relaciones entre el cine histórico y la Historia escrita ya aparece formulada en el prólogo del profesor Rosenstone (pp. 9-18). En su aportación se subraya la superación del modelo teórico en donde el historiador debía limitar su tarea a ajustar el cine histórico de ficción a las convenciones de la historia tradicional. El historiador que trabaje en los temas de la recepción cinematográfica de la historia debe dejar a un lado el tono defensivo que en muchas ocasiones ha acompañado a su labor; en su lugar debe buscar un marco teórico adaptado al cine (el hombre lleva más de dos mil quinientos años haciendo historia y ya dispone de un método histórico aceptado), que parta de la base de que el cine histórico es en sí mismo una forma de hacer historia, siempre que aceptemos que hacer historia consiste básicamente en darle un sentido al pasado. Las películas no son ni pretenden convertirse en libros; ambos son perfectamente compatibles y ambos también poseen sus propios códigos de reglas.  Las películas se generan dentro del contexto de la cultura popular y los libros en el marco de la cultura académica
Esta mirada revisionista se detecta en otros momentos del libro, como es en el trabajo del profesor Pierre Sorlin (pp. 19-31), que del mismo modo incide en la idea de situar sobre nuevas bases las relaciones entre el cine y la historia. Hay que abandonar viejas posturas menos ambiciosas que tienden a disminuir la capacidad de utilización del cine por parte del historiador y menguan, de paso, la decisión de éste de plantear un catálogo de preguntas no enunciadas hasta el momento. Un planteamiento teórico semejante también puede encontrarse en la interesante aportación del profesor Jorge Novoa (pp. 33-63).
El segundo aspecto que queremos destacar del presente volumen se refiere a la saludable amplitud de temáticas abordadas y de óptica empleadas. Haciendo alusión a temas tan interesantes como el tratado por la profesora Beatriz de las Heras que dedicó su intervención a repasar y analizar convergencias y divergencias entre la historia, la fotografía y el cine (pp. 65-77), subrayando la idea de que estas dos últimas disciplinas aún se encuentran inmersas en el proceso de creación de un marco de reflexión teórica. Las relaciones entre el cine y el siglo XX, y en especial sobre la construcción de la memoria histórica, fue el tema escogido por el profesor José Luis Sánchez Noriega (pp.87-95). Mientras que por su parte, el profesor –y uno de los pioneros en España en el estudio estos temas–, Ángel Luis Hueso desarrolló la idea de que el cine ha sido un instrumento de acercamiento e interpretación del pasado a través de géneros muy diversos, entre ellos el de la biografía histórica (pp. 97-104). Este subgénero ha subrayado aún más el carácter heroico de la historia presentada en muchas ocasiones en las pantallas, al mostrar y reducir los procesos históricos a una sencilla acumulación de hechos políticos, religiosos o militares en donde únicamente la voluntad de los héroes de turno provocaba los acontecimientos.
En una línea de investigación de similares características se sitúan las páginas del profesor José María Caparrós (pp. 131-147), en donde, al margen de aportar un listado de títulos que abordan los hechos más significativos de los dos últimos siglos, establece una división entre aquellas películas que reflejan las sociedades sin que exista una clara pretensión histórica, aquellas otras de ficción histórica y, por último, las que fueron realizadas con una incuestionable pretensión histórica, es decir, que se rodaron con vocación de reconstruir un hecho o un periodo concreto del pasado.
Pero en Una Ventana Indiscreta. La Historia desde el Cine también hay espacio para otras líneas de investigación. Es el caso del profesor Santiago de Pablo y su trabajo acerca de cómo el cine – siguiendo la tradición literaria–, puede ir ayudando a crear una identidad política definida. Es lo que, ciertamente, sucedió en la Italia durante las dos primeras décadas del siglo XX, y también es lo que ha sucedido en el País Vasco desde los orígenes mismos del cinematógrafo (pp. 105-130). El cine documental se analiza en dos artículos.  El primero de ellos, de la profesora María Antonia Paz (pp. 149-161), está dedicado al análisis de diferentes documentales que, cada uno a su modo, han señalado un antes y un después en el género. Y a partir de ellos, la autora plantea el debate sobre cuestiones más amplias, como son las tradicionales diferencias que se establecían entre el cine de ficción y el documental, que durante bastante tiempo fue el único admitido por algunos historiadores en su labor investigadora. Cuando, de hecho, el cine documental, como el de ficción, cuenta con sus propios recursos narrativos y se elabora en un complejo proceso en el que se incluye la escritura del guión, la selección de imágenes de archivo, de músicas de fondo o la elección de los entrevistados y los cuestionarios a contestar. Esos mismos temas se desarrollan pero ya en un aspecto eminentemente práctico en la intervención del profesor José Carlos Suárez que explica con todo detalle la realización de un documental elaborado por la Universidad Rovira i Virgili sobre la II República Española aprovechando los 75 años de su proclamación (pp.  177-190). El profesor Suárez relata de manera pormenorizada el trabajo que conlleva la realización de un documental, que, al igual que sucede con el cine de ficción, nunca es labor de una única persona sino de un amplio equipo de personas en donde cada una desarrolla una función claramente definida.
El libro culmina con la intervención del profesor Alberto Prieto (pp. 191-207), con un trabajo que, en cierto modo, es una continuación de una línea de investigación acerca del tema de la esclavitud en el Mundo Antiguo y su reflejo posterior en el cine. Un reflejo nada inocente, ya que no es en absoluto casual que, en el caso del cine sobre la Antigüedad, el trabajo servil no aparezca, salvo excepciones, en tareas productivas, sino que los esclavos se entregan a tareas domésticas rayanas en la holgazanería, o se convierten en los héroes de los espectáculos públicos, o portan el estandarte de la conversión al cristianismo. El objetivo es presentar la esclavitud antigua como algo irracional, aberrante, absurdo e inexplicable; de ese modo, el espectador no piensa que también él es un esclavo, ya que sus condiciones de trabajo y de vida son opuestas a las que aparecen en pantalla. 
En conclusión, Una Ventana Indiscreta. La Historia desde el Cine, no sólo plantea la necesidad de reconducir las relaciones cada vez más habituales entre el cine y la historia, sino que además ofrece ejemplos más que significativos de cómo toda esa teoría se puede llevar a la práctica a través de la investigación.

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ISSN 1988-8848