YO ADOLESCENTE (L. Santa Ana, 2020)

Memories of a Teenager (L. Santa Ana, 2020)

Lcdo. Ramiro Llanos Paz
Sociólogo
Universidad Nacional de Santiago del Estero

Recibido el 12 de Julio de 2022
Aceptado el 29 de Noviembre de 2022

 

Resumen. Yo adolescente, es una película argentina que se estrenó en julio de 2020 en la plataforma de cineAR y relata la historia de Zabo un adolescente porteño (de la ciudad de Buenos Aires) de 16 años, que escribió un blog durante el 2005, después vino el libro y más tarde la película, con la que muchos y muchas conocieron su historia, en la que se indaga algunas temáticas muy complejas como el amor, la iniciación sexual, el vínculo con el alcohol y las drogas, la depresión y el suicidio. Todo esto en un Buenos Aires turbulento que acababa de vivir unas de las tragedias recientes más grandes, como lo fue la de la discoteca Cromañón, en la que murieron 194 jóvenes. Con ella la vida de muchos y muchas jóvenes se modificaría de raíz.
Palabras clave. Yo; Adolescente; Buenos Aires, Depresión, Contexto histórico.

Abstract. Memories of a Teenager is an Argentinean film that was released in July 2020 on the cineAR platform, and tells the story of Zabo, a 16-year-old teenager from Buenos Aires who started by writing a blog in 2005. The blog was followed by a book and later by a film. The narrative explores some complex issues such as love, sexual initiation, alcohol and drugs, depression, and suicide. The action takes place in turbulent Buenos Aires during a difficult period marked by the tragedy at the Cromañón discotheque, in which 194 young people died. With it, the lives of many young people would be radically changed forever.
Keywords. Adolescense, Buenos Aires, Depression, Historic Context.


Yo, adolescente, © funcinema.com.ar

Si buscamos en un diccionario la palabra adolescencia dirá que es un período de desarrollo biológico, psicológico, sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que comienza con la pubertad. Es un periodo vital entre esta última y la edad adulta, su rango de duración varía según las diferentes fuentes y opiniones médicas, científicas y psicológicas, generalmente se enmarca su inicio entre los 11 y 13 años, y su finalización a los 21 años.

Es importante que los conceptos como estos tengan ese grado de generalidad para que en ella podamos, por un lado, poner atención en ciertos elementos particulares (la edad) y, por el opuesto, pensar en experiencias individuales tan diversas que permitirían borrar de un plumazo los límites y encasillamientos del concepto.

El director buscó de alguna forma problematizar el concepto de adolescencia basándose en relatos ya escritos e indagar en un contexto enmarcado en la Argentina de 2005. Nos sirven para analizar la trama conceptos como el de clase y capital cultural, tomando como base la película y reflexionar, como dice Zabo, en que: "alguien en alguna parte debe estar sintiendo lo mismo que yo".

Esta película está dirigida por Lucas Santa Ana (1) y en ella participó el verdadero Zabo como asistente de la dirección, colaborando también con el guion. Zabo, el ahora adulto que creó el blog con el mismo nombre y el cual cristalizó más tarde en el libro, fue el que inició todo este proceso en el 2005, al contar a través de la pantalla sus experiencias casi siempre relacionadas con conflictos y pesares graves como el suicidio de su mejor amigo y sus conflictos con la sexualidad. Santa Ana interesado por evidenciar problemáticas aún muy actuales (15 años después) se puso al hombro el proyecto colmando la dirección de dulzura y oscuridad.

Zabo da inicio a su blog diciendo: "Constantemente los adultos en la casa, en la tele se refieren a nosotros como si fuéramos una especie de monstruo chupasangre que no valoramos absolutamente nada, que no sentimos respeto por ninguna autoridad, solo pensamos en cogernos cualquier cosa que se mueva, y drogarnos con cualquier mierda, o sea, ser adolescente es algo malo… somos la urgencia en carne viva no pensamos mucho en el mañana".

 


Zabo escuchando música, © pagina12.com.ar

El año 2005 fue un año particularmente especial para los y las argentinas porque, a fines de 2004, en un boliche porteño llamado Cromañón, se producía un incendio donde morían varios jóvenes en un recital de la banda de rock argentina Callejeros. Los que fueron adolescentes en 2005, y del interior doblemente excluido del país, aunque vieron con estupor lo sucedido aquella trágica noche de diciembre -y todo lo que ello contrajo- no lo vieron de la misma forma que los habitantes de Buenos Aires, como bien relata la película.

La cultura de los recitales y la reunión con amigos y amigas en torno a la música se vio modificada de raíz. No sólo por el temor generado, sobre todo en padres y madres, sino por las nuevas políticas de la ciudad, donde se endurecieron las medidas para habilitar los lugares donde se desarrollaban estos eventos, todo esto claramente reflejado en la familia, amigos y círculos de Zabo, el protagonista, con preferencias marcadas por la música y los recitales.

El primer escenario de la vida cotidiana de Zabo se va a ver transformado por ello y por el suicidio de su mejor amigo. Con graves problemas de comunicación, Zabo decide que la única forma de expresar lo que le pasa es a través de un blog, donde seguramente alguien se podría sentir identificado.

El suicidio es recurrente en los adolescentes argentinos, donde se ubica como la segunda causa de muerte en esta franja etaria después de los accidentes de tránsito, así queda evidenciado en las estadísticas y los informes como los de UNICEF: “Desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad la mortalidad por suicidio en adolescentes se triplicó considerando el conjunto del país". Entre 2015 y 2017, último año con cifras oficiales, 12,7 de cada 100.000 adolescentes entre los 15 y los 19 años se auto provocó la muerte en Argentina (2).

El protagonista evidencia un proceso de negación en torno a Pol, su amigo fallecido, y en pensar las causas que lo llevarían al trágico final, sus amigos se preocupan por él y le preguntan sobre sus sentimientos, pero él parece estar enojado porque su persona más cercana, tal vez “no lo era tanto”. En medio de esos eventos que marcan ese año de vida donde se desarrolla la película, Zabo vive experiencias asociadas a la sexualidad, el amor, la amistad, los estereotipos, el alcohol y las drogas.

Tiene amigos, un grupo sólido: van al mismo colegio, viven cerca y comparten mucho tiempo juntos. Zabo los quiere y la pasa bien con ellos, hasta que en algún momento las cosas empiezan a cambiar. Cree estar enamorado de su mejor amiga primero y de su mejor amigo Tomás después, así como Pol lo estaba de él y nunca se lo pudo decir. Tomás tiene más resuelta su sexualidad y solo le interesan las chicas, Zabo no sabe qué hacer, cree que es el chico ideal pero imposible.

Podríamos decir que el concepto de amor romántico occidental aparece en todo el film, como aparece también en la sociedad. El protagonista motivado por su amigo decide hacer una lista con las cualidades que su persona ideal debiera tener. La idea de la media naranja, de la exclusividad sentimental (eso de que esto sólo me puede pasar con una persona) cala en las mentes de los sujetos y sujetas, construyendo determinadas formas de pensar, sentir y de transitar en el mundo de la vida. Aun así, Zabo no cree que lo que sienta pueda ser bien recibido y nunca se había puesto a pensar que le podría gustar un varón.

Las primeras crisis empiezan por la represión de los pensamientos, incluso de los deseos. Sentimientos que oculta a todo el mundo, sus padres, pero también y curiosamente a su grupo de pares (3). No quiere ser juzgado. Al parecer la homofobia en el Buenos Aires de 2005 seguía siendo dura aún para adolescentes.

Zabo se anima a experimentar las relaciones homosexuales, motivado por un amigo gay autopercibido como tal. Aquí vemos que Zabo internalizó una imagen de lo que los demás creerían que está mal, lo que además le hace pensar a él mismo que no es lo correcto, y actúa en función de ello, aunque externamente todo parece marchar con cierta libertad y menos prejuicios. Foucault hablaría de la autogestión y la autocensura como síntoma del éxito del poder. Primero tiene miedo a quebrar con su masculinidad (asociada a la heterosexualidad), se niega al deseo, pero más tarde rompe con eso y se aproxima y experimenta con Ramiro.

Mientras tanto establece una relación sexual con una chica, con la que se va involucrando cada vez más, ella tiene novio, y sólo quiere con Zabo una relación física. Queda embarazada y decide abortar. Aparecen así situaciones comunes en el día a día de un chico de clase media, que va a colegio privado, que no tiene educación sexual, pero que tiene experiencias cercanas al aborto y la homosexualidad. ¿Es común en todos y todas las adolescentes? Posiblemente sí.

Todo eso va sumando experiencias a un adolescente que, como dice el concepto, vive un proceso de confusión constante con lo que quiere, pero además un proceso de drama persistente. Zabo se mantiene en constante movimiento y esto hace creer que su vida goza de una dinámica positiva (trabajo que debe los honores al director y al Zabo real que también formó parte de la producción). Se empieza a alejar de sus amigos, queda sin sus dos parejas, no quiere hablar en su casa, la cosa se empieza a enturbiar.

Esto obliga al espectador a pensar después de verla lo que muchos y muchas dicen sobre finales trágicos de algún ser cercano: "jamás me hubiera imaginado que esto terminaría así". Pero tampoco pensamos en que muchos y muchas no se consideran personas memorables, como dice el protagonista en su blog el día de su cumpleaños.

La relación con el alcohol y las drogas aparece en el relato como un vínculo bastante “sano”; lo hacen solo en reuniones sociales, consumen solo drogas blandas y no hay consecuencias trágicas asociadas a ellas.

Es un punto interesante, porque si pensamos que la película tiene como uno de sus objetivos retratar la adolescencia (a través de una experiencia particular) aquí vemos cuestiones que socialmente serían penadas, por lo menos para un enorme sector de la sociedad, incluso por ciertos especialistas. Pero el consumo de drogas no siempre significa adicción, tal vez sea el primer paso, pero no es aquí un consumo problemático. Esto tal vez sea una marca de la clase y la comunidad en las que estos y estas adolescentes se desarrollan; pienso otra vez si existe un imaginario único de los y las adolescentes en relación al consumo.

Manejan estos adolescentes cierto capital cultural, uno seguramente devenido por sus familias y otro por el acceso a bienes ligado a grupos secundarios, nítidamente observable en su relación con la música y las bandas que consumen: Nirvana, Ramones, Sex Pistols, además del rock argentino. Si siguiendo a Bourdieu el capital cultural también puede ser cuantificable ¿aumentan estos la capacidad de sentir, y percibir el mundo? ¿Nos hacen más sensibles? ¿Es bueno o malo ser más sensible?

Pensando en el cuadro de Bourdieu (1988) donde explica cómo se construyen las clases sociales, y cómo estas se distribuyen en profesiones y empleos según los capitales que poseen, podríamos decir que a mayores capitales más privilegios y si hay más privilegios ¿habría menos infelicidad o sufrimiento?

Sólo pienso, en algún hijo de familia obrera sin instrucción, que en su adolescencia se haya permitido dudar de su sexualidad por ejemplo, dudar y experimentar. Zabo no estaba en mejor situación, su tristeza y tal vez su depresión se marcaba en la mente. Pero la pregunta es material, es posible que alguien en otro contexto social familiar tuviese siquiera la posibilidad de ser y sentirse sensible y vulnerable, ser gay, ser bisexual, emocionarse con la música, incluso experimentar con las drogas de forma no problemática; de pensar en la vida y en la muerte de estrellas como Curt Cobein y romantizar el suicidio en algunas situaciones. La respuesta a primera plana sería que no. Pero si pensamos en Lahire y El hombre plural (2017), veremos cómo las cosas cambian. Tal vez las reglas del juego estén bastante marcadas, y el campo de Bourdieu sea el lugar donde nacemos y morimos, pero la creatividad individual y la experiencia personal puedan hacer de esto algo mucho más complejo. Por suerte.

Lo que digo es pensar en la adolescencia y sus problemas -como el suicidio-, es siempre pensar en el contexto, pero no solo en el contexto de cohesión social en manos de una herramienta estructural como la de Durkheim (1897), sino ahondar en qué piensan y por qué piensan lo que piensan los y las adolescentes en el mundo de la vida, de su vida.

Zabo afortunadamente no terminó como terminó en la película, pero esto es también un llamado a pensar que, aunque las cosas parecen ir bien, y todo parece estar bien “cohesionado”, en palabras de Durkheim, estas nunca lo están del todo.

Cada personaje es entrañable, la música de las bandas que sonaban ese momento como Árbol (4), brindan un clima muy cálido y a la vez nostálgico del Buenos Aires de 2005. Las cartas, los cd grabados y los galpones abandonados, retrataban una adolescencia en un mundo donde las redes sociales apenas empezaban a aparecer, como aquella vieja plataforma, el fotolog (5).


Zabo y sus amigos, © launion.com.ar

En el año que se estrenó la última temporada de la serie adolescente más exitosa de Estados Unidos 13 Reasons Why (Brian Yorkey, 2020) y que retrata la cruenta adolescencia que sufren los y las jóvenes en la escuela secundaria, Yo, adolescente nos viene a mostrar una realidad más próxima, con relatos más comunes en adolescentes argentinos, y también muestra cómo problemas que podrían ser banales terminan estructurando personalidades que pueden arrebatarle la vida a uno mismo de un momento a otro.

Ahora en 2020, 15 años después, algunas cosas parecen haber cambiado. Tal vez el feminismo sea uno de los movimientos más potentes, si no el más, de los que nos ayuden a pensar las diferentes formas de ser adolescente y de ser humano, abandonando definitivamente el concepto del amor romántico para construir relaciones más libres y transparentes. Tal vez los movimientos por la diversidad sean los más eficaces para luchar contra la hipocresía traidora que nos tranquiliza por fuera, pero nos destruye el cuarto y la mente.

La película nos lleva a pensar: si lo más peligroso es mentir, ¿qué es lo que hacemos todo el tiempo? ¿No nos enseñó Goffman (2001) que vivimos y sobrevivimos usando caretas en el mundo de la vida? ¿Será lo mismo que Zabo intentó y no le salió? La respuesta podría ser muy larga y reflexiva, pero diremos que el autor estadounidense hablaba de un proceso casi inconsciente, que es muy distinto a lo que pasa aquí. Es la consciencia la que aparece todo el tiempo para hacerle y hacernos pensar en eso que hacemos y no queremos. Tal vez sea momento de interiorizar la frase de Cobein, de que: "el peor crimen es fingir".

 

Notas

(1) Como una novia sin sexo (2016) y El puto inolvidable (2018).

(2) https://elpais.com/elpais/2019/05/31/planeta_futuro/1559339527_948105.html.

(3) Un grupo de pares es un grupo primario, por lo general informal, de personas que comparten un estatus igual o similar, que por lo general poseen aproximadamente la misma edad y tienden a circular e interactuar con el mismo conjunto social.

(4) Es una banda de rock alternativo formada a finales de 1994 en Haedo (Morón), zona oeste del Gran Buenos Aires. Esta banda se caracteriza por sus letras coloridas y sencillas, por su particular juego de voces armoniosas y por mezclar variados ritmos e instrumentos, desde el rock, el punk, el hardcore o el rap, hasta el funk, el reggae, la música electrónica, el country o la chacarera.

(5) Lanzado mundialmente en 2002.

 

Bibliografía

BOURDIEU, P., La distinción. Criterio y bases sociales del gusto, Taurus, Madrid, 1988 (e. o. 1979).

DURKHEIM, E., El Suicidio, Grupo Editorial Tomo, Buenos Aires, 1998 (prim. ed.).

GOFFMAN, E., La presentación de la persona en la vida cotidiana, Amorrortu, Buenos Aires, 2001. (Biblioteca de sociología) (trad. H.B. Torres Perren y Flora Setaro.

LAHIRE, B., El hombre plural: Los resortes de la acción, Edicions Bellaterra, Barcelona, 2004 (trad. M.J. Devillard).

 

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ISSN 1988-8848