JULIO CÉSAR SEGÚN EL FILM
DE JOSEPH MANKIEWICZ
(JULIUS CAESAR, 1953)

Julius Caesar by Joseph Mankiewicz (1953)

Grad. Manuel Marin Vera
Historiador
Granada

Recibido el 13 de Enero de 2015
Aceptado el 3 de Febrero de 2015

 

Resumen. En los años 50, Hollywood decidió realizar una pionera adaptación cinematográfica de una de las figuras más relevantes e influyentes en la antigua Roma, Julio César. La producción hollywoodiense, dirigida por el director y guionista J. Mankiewicz, se adelantó originalmente a producciones posteriores conocidas como peplum. En Julius Caesar se encuentra una biografía muy acertada con los grandes sucesos e hitos de la vida de Julio César, sucesos muy documentados, lo que otorga a la biografía histórica una gran veracidad a la vez que sus formas, lenguaje y maneras de representar los sucesos ayudan a conocer el presente del film y su contexto histórico, confiriéndole de esa manera un doble valor histórico, el del presente representado y el del presente intrínseco en ella. En lo concerniente a la originalidad, la adaptación fue una traslación de la tragedia homónima de William Shakespeare a la gran pantalla, con tanto acierto que se ha convertido en una obra de referencia para el estudio del pasado en el cine.
Palabras clave.Cine histórico, Julio César, Idus de Marzo, Joseph Mankiewicz, Época clásica, Peplum, Plutarco, William Shakespeare.

Abstract.In the 1950s, Hollywood decided to produce a pioneer biographical film dramatizing the life of one the most influential Ancient Rome figures - Julius Caesar. Directed by J. Mankiewicz, who also wrote the screenplay, the movie led the way to a new film genre, well known today as Peplum. The great events and hits in the life of Julius Caesar are well-documented giving great accuracy to the filmic portrait. The language and the act structure leads to higher points of audience interest and to a double historical value in the represented present time of the action and its historical context. The film is an adaptation of the homonymous play by William Shakespeare and has become a reference to the study of the past in film..
Keywords. Historical films, Julius Caesar, Ides of March, Joseph Mankiewicz, Classical Antiquity, Peplum, Plutarch, William Shakespeare.


 

Introducción

Julio César, como hombre, solo vivió una vez, concretamente durante los últimos años de la República romana (100 a.C-44 a.C.), pero su imagen no murió con el hombre, sino que se ha mantenido viva a lo largo de los siglos. El Séptimo Arte ha sido uno de los “culpables” de mantener en el imaginario popular la figura de los personajes más influyentes e importantes de la Roma Antigua. La obra precursora y de referencia obligatoria para el estudio de la imagen de Julio César en el siglo XX es el film de los años cincuenta, Julius Caesar, del director y guionista J. Mankiewicz, pues se trata de una de las primeras adaptaciones al cine hollywoodiense de la figura del dictador vitalicio. Julius Caesar contará con un reparto de actores de la talla de Marlon Brando en el papel de Marco Antonio, James Mason como Bruto, John Gielgud como Casio y Louis Calhern en el papel de Julio César.

 
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La película se estrenó en lo que se conoce como la época clásica de Hollywood, anticipándose unos años a lo que más tarde sería el despertar de las películas del género péplum. Éstas serían producciones italianas de finales de la década de los 50, cuyo nombre fue acuñado por el tipo de túnica utilizada, característica de estas películas. El film obtuvo cinco nominaciones a los Oscar, aunque solo pudo hacerse con una ansiada “estatuilla”. También recibió otros premios y críticas muy favorables pese a la austeridad de sus decorados, que la distanciaban del esplendor característico de Hollywood. Unas escenas con una ornamentación muy austera, rodadas en blanco y negro y con unos planos más propios de una obra de teatro que de una película hollywoodiense. Este giro en la escenografía fue explicado por el director de la siguiente manera: queríamos que el público creyese que estaba en Roma, sin distraerle hasta el punto de que diésemos más importancia a las columnas que a los hombres (1).

La película es una fiel adaptación de la tragedia homónima de Shakespeare, correspondiéndose cada escena con los cinco actos que componen la obra del dramaturgo inglés. En los diferentes actos, serán obviados tanto la trayectoria política como el ascenso social de César, mostrando únicamente lo que Plutarco transmite en sus biografías. De esta forma, no se decantará por ningún bando, ni elaborará un panegírico de la figura de César.

El film comienza con las celebraciones por la investidura de Julio César, donde ya se puede atisbar la falsa modestia de César al rechazar la corona de rey. Inmediatamente después, encontraremos la conjura de los senadores de Roma, los cuales giran en torno a uno de los protagonistas de la película, Marco Bruto. En un principio, Bruto no se mostrará muy partidario de la idea del “Cesaricidio” (2), pero finalmente será convencido por Cayo Casio, terminando por acceder a la propuesta, pues antepone la razón de Estado al sentimiento personal. Los hechos siguientes van a ser los auspicios que augurarán el fatal destino de César y su muerte en los Idus de marzo (3).En lo que respecta a la muerte del dictador se puede apreciar un verdadero baile fatídico de puñaladas y forcejeos que acabarán con su muerte. Este acontecimiento, no será el momento principal, pero sí el desencadenante del clímax de la película: los dos discursos. Interpretados fielmente como los concibió W. Shakespeare, Bruto y Marco Antonio realizarán dos intervenciones, el primero explicando las razones del “Cesaricidio”, y el segundo defendiendo el honor de César y denunciando el injusto magnicidio. El final de la película coincide con el cuarto y quinto acto de la obra teatral, en donde los principales instigadores de la muerte del dictador perderán la vida suicidándose tras la derrota en la batalla de Filipos (42 a.C.). Uno de ellos, Bruto, morirá lamentando más la conjura contra César que su fatal destino.

 

Plutarco, Shakespeare y Mankiewicz: tres Julio César en un film

El Julio César de Mankiewicz está dotado de una gran veracidad como biografía fiel a la adaptación de la vida del dictador perpetuo, pero el mérito de tal documentación histórica no se encuentra solo en los asesores históricos de la película, sino en la obra homónima de la que se sirve, el Julius Caesar de W. Shakespeare (Lillo Redonet 1994: 76). Es decir, no consulta directamente obra alguna de historiadores clásicos ni fuentes directas sobre César. En su lugar, Shakespeare sí se va a valer de las obras de historiadores clásicos para el desarrollo de su tragedia, aunque no de las fuentes directas. En lugar de ello, el dramaturgo consultó las traducciones de Sir Thomas North en las ediciones de 1579-1595 de la obra Vidas paralelas de Plutarco, así como la traducción francesa de Jacques Amyot de 1559 (Lillo Redonet 1994: 76) de la misma obra. En este sentido, la lejanía física con respecto a la fuente clásica directa es bastante palpable, pero, como se verá a continuación, eso no priva a la producción de mantener un alto grado de fidelidad a ésta. Shakespeare solo se vale de esta fuente para su obra, así que tanto la película como la tragedia se pueden seguir muy de cerca con las biografías de Plutarco, haciendo así que el film sea una representación de los caracteres de los personajes.

En cuanto a la representación de los hits más importantes en la vida de César, Mankiewicz pone el punto de partida de su film en la llegada de César a Roma y la celebración de su investidura como dictator perpetuus o dictador vitalicio. La plebe comenzará a vitorearlo como a un rey, llegando Marco Antonio a ofrecerle la corona de monarca, que será rechazada por César con un gesto de falsa modestia. Este hecho reafirma el miedo endémico que existía a que alguien, en este caso César, se coronase rey. La acumulación de poderes y sus enormes logros como militar hacían temer al Senado, encabezado por Bruto y Casio, que deviniese en tiranía y terminara por acabar con la República Romana, muy debilitada para entonces, y dar comienzo así a una monarquía, tan desprestigiada desde el último rey de Roma, Tarquinio El Soberbio. No obstante, para Mankiewicz, el único que conspirará contra César a fin de defender el bienestar del pueblo romano fundado sobre el modelo republicano será Bruto, mientras que Casio actuará motivado por la venganza personal. Éste último será el que logre convencer a Bruto de participar en la conjura, dándole un protagonismo que él no podía tener debido a su imagen de hombre codicioso y temperamental (Alonso, Mastache, Alonso 2008: 113). En sus Vidas paralelas, Plutarco narrará el rechazo de la corona de rey por parte de César, dando a entender que el régimen político de Roma seguiría siendo la República: ...el odio más manifiesto y más mortal lo produjo el pretexto de querer reinar como un rey. Aunque esto César lo negó, incluso cuando lo llamaron rey, el dijo “No me llamen Rey sino César” (LXI).


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Pero el Senado no quedará satisfecho con las muestras públicas de César y decidirán llevar a cabo la conjura, que acabará con su vida. Esta conjura ya tenía unos precedentes en la guerra civil contra Pompeyo (49 a.C.) de la cual César saldrá victorioso dejando tras de sí un tremendo odio que calará profundamente entre los miembros del Senado, pese a haber perdonado a los que se rindieron y haberles concedido cargos importantes: César tuvo clemencia con los que habían hecho la guerra contra él, e incluso a Bruto y a Casio que los nombró Pretores (Plutarco, LXI). César no perderá tampoco de vista en ningún momento al Senado, sobre todo a Casio, del que al parecer desconfiará más: ¿Qué os parece que trae Casio entre manos? Porque a mí no me agrada mucho verlo tan pálido (Plutarco, LXII).

En lo que respecta a la cuestión de los augurios y los prodigios, la película mostrará de manera muy dinámica y fluida los distintos males que acechaban a César. Destacan la tormenta natural, como presagio de la tormenta política y social (Alonso, Mastache, Alonso 2008: 120) y el sueño de Calpurnia, esposa de César, que queda caracterizada como una esposa perfecta, muy lejos de la “realidad” de la historia, ya que César mantenía una relación sentimental con Cleopatra, de la cual nacerá el único hijo biológico de César, Cesarión. Plutarco también va a hacer hincapié en los distintos prodigios, dedicándoles un capítulo completo. Un ejemplo de estos augurios recogidos en la obra de Plutarco lo encontraríamos en su diálogo con Lépido la noche anterior a los Idus de marzo: Hubo numerosos prodigios acerca de su muerte, incluso la noche antes, cenando con Lépido, este le preguntó que cual era la mejor muerte y César dijo “la no esperada” (LXIII).

En el film, también se quiere dejar constancia de la impasividad de César ante los distintos prodigios o incluso su confianza en los senadores que antes habían atentado contra su vida, prefiriendo dejar de vivir con miedo a la muerte para afrontarla de cara, algo que Plutarco resalta del carácter de César: Sus más fieles amigos le decían que fuera con protectores y con una guardia personal, temiendo ya el fatal desenlace que iba a tener, pues grandes eran las envidias que suscitaba. Pero el siempre decía que “más vale morir una vez que vivir temiendo siempre” (LXI).

El quince de marzo del 44. a.C. será la fecha que pasará a la posteridad por acaecer dicho día el asesinato de Julio César. La película narrará este acontecimiento siguiendo con gran fidelidad a la fuente. Calpurnia intentará convencer a César de no ir al foro de Pompeyo debido a su sueño. Éste fue interpretado por ella de una manera fatídica para César. Ante esto, el dictador decidirá no presentarse, algo que también recoge Plutarco en su obra. Pero Decio Bruto, encargado de recoger a César, no dejará que nadie evite el mortal desenlace y, con una sutil y magistral oratoria, confundirá a César, ridiculizando el sueño de Calpurnia y haciendo ver al dictator que era necesario presentarse ese día ante el Senado: …y si estando ya sentado -añadió- ahora se les diera orden de retirarse, para volver cuando Calpurnia tuviese sueños más placenteros […]. Después de esto le dedicó un discurso de porque debía ir a la asamblea y no hacer caso a los auspicios (LXIV).

Pocas son las “invenciones verdaderas” (4) que la película va a realizar, pues se aleja de historias paralelas, centrándose tan solo en recrear lo más fielmente posible la obra de Shakespeare y las claves biográficas de los personajes. Julio César de Mankiewicz será fiel a la tragedia shakesperiana también en la muerte del Dictador, con un baile de dagas y puñales, en el que se mostrará de manera clara la grotesca escena.


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La realidad sin duda fue aún más dura, tanto es así que Plutarco nos habla que era tal el atropello por darle las puñaladas que incluso se hirieron unos a otros, llegándole a asestar hasta 23 puñaladas a César y algunas que otras heridas a sus colegas cónsules (LXVII). Algunas fuentes nos hablan de una defensa por parte de César mayor de la que se muestra en la película, hiriendo incluso a Casca (quien fue el protagonista de la primera puñalada) (Alonso, Mastache, Alonso 2008: 122).

La muerte puede parecer el hecho más importante de cualquier representación biográfica de César, pero en la producción de Mankiewicz así como en la obra shakesperiana, es tan solo la antesala de los dos momentos clave del rodaje, los dos discursos. Es necesario tener en cuenta varios aspectos sobre los discursos que se detallan a continuación. En la película se muestran de manera continuada, como recurso para mantener el alto el grado de tensión del momento, pero no se realizaron así, pues tuvo que pasar un día entero para que Bruto hablase, y Marco Antonio lo haría en su funeral, tres días después (Alonso, Mastache, Alonso 2008: 26). En lo que respecta al discurso de Bruto, la película muestra un Bruto muy dolido por la muerte del dictador, que trata de convencer a la plebe de manera “racional” de que la tiranía y las ansias de poder de César habían hecho que su muerte fuese algo necesario: “lo maté no porque amase menos a César, sino porque amaba más a Roma”. En el lado opuesto aparecerá Marco Antonio, como el amigo fiel de César. Con el cadáver de su amigo en sus brazos y mostrándolo al pueblo, se vale de sus palabras acompañadas por el testamento del mismo, al que se refiere Suetonio mencionando en su Vida de César que se abrió en los idus de septiembre, para convencer al pueblo de manera “emocional” (Alonso, Mastache, Alonso 2008: 126). Plutarco narra los acontecimientos de otra manera:…Cuando se terminó esto, el senado salió por la calle creando incertidumbre y miedo […] Al día siguiente, Bruto bajó del Capitolio y el pueblo lo respetó, pero también compadeciendo a César. Bruto no derogó ningún mandato de César. Cuando se abrió el testamento de César. Después de esto, se cogió el cadáver casi mutilado por las heridas y se hizo una hoguera para quemarlo. Cogieron partes de éste incendiadas y marchó el pueblo embravecido en busca de sus asesinos (LXVII).

Como último acto y final de la película, se muestran las muertes que acontecieron a los magnicidas, de las cuales ninguna fue natural o así nos lo trasmite Plutarco. Como símbolos de estas muertes es suficiente mostrar la de los dos líderes de la conjura, Casio y Bruto. Ambas muertes se produjeron por suicidio, siendo el film fiel a la fuente, pero a su vez de manera distinta. En el film, Casio, acorralado tras perder en la batalla de Filipos (42 a.C.), decide con ayuda de un esclavo clavarse un puñal en el pecho. Plutarco diferirá de Shakespeare en cuanto a las maneras de realizar el suicidio, por tratarse de una mera anécdota, quizás para darle más dramatismo a la escena. Bruto acabará con su vida de la misma manera, pero tiempo más tarde, y atormentando por su conciencia, que la película personificará en César. Plutarco y Suetonio también nos narran en sus escritos la muerte de Bruto tal y como la fuente reproduce.


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Conclusiones

La obra de Mankiewicz se adapta de manera fiel a las dos fuentes de las que se sirve, directas e indirectas. La obra de Shakespeare responde a un primer interrogante que se plantea al visionar una obra fílmica ¿Por qué se utiliza esta fuente? Pues bien, como hija de la época clásica de Hollywood, Julius Caesar va a encontrar en Shakespeare una tragedia clásica, muy atractiva y recurrente en esta época y en épocas posteriores.La omisión de acontecimientos es algo necesario para darle más agilidad a los hechos y a la trama, y más cuando se trata de traspasar una obra de teatro, con sus limitaciones, a la gran pantalla.

Una cuestión más es lo que nos quiere transmitir el director del film con su película. Pues bien, ésta lleva al espectador hacia una reflexión filosófica sobre el valor de la vida de un individuo frente al valor de la idea del bien común. Las batallas, la trayectoria política y los personajes secundarios son elementos innecesarios para trasladar al público esta reflexión. Solo son necesarios los dos discursos como pilares básicos para mostrarla. Su estructura argumental y su pronunciación proporcionan la oportunidad de no hacer un panegírico de César, sino simplemente mostrar la evolución y el retrato psicológico y moral de los diferentes protagonistas. En cuanto a los dos discursos, el de Marco Antonio sin duda contiene un peso moral más profundo que el de Bruto, el cual se centra en los aspectos políticos ajenos a la plebe. Estas cuestiones estaban bastantes más alejadas del pueblo y no eran tan fácilmente asimilables como lo eran los motivos sentimentales de Marco Antonio, que sí calarán en la mayoría de los cives Romani, encantados por los continuos esfuerzos de César desde su edilidad para agradarlos.

Aunando todo lo visto hasta ahora, se puede afirmar que Mankiewicz traslada la tragedia de Shakespeare al cine con un gran acierto, primando por encima de todo el papel reflexivo de los personajes, algo típico en las películas históricas de mediados del siglo XX y que ya lo era en las obras teatrales del siglo XVII, y alejándose de las pasiones personales, de las motivaciones carnales y de otras formas que no eran demandadas por el público de la época clásica de Hollywood.

Julius Caesar es solo la precursora de una serie de películas que se producirán a lo largo de la historia del cine, donde la temática histórica será el escenario donde recrear la vida de grandes personajes, sucesos, proezas, descubrimientos, barbaries, etc., en los que se encuentran títulos como Alejandro El Magno (Alexander The Great, Robert Rossen, 1956), Cleopatra (Cleopatra, J. Mankiewicz, 1963), La caída del imperio Romano (The Fall of the Roman Empire, A. Mann, 1964), Gladiador (Gladiator, R. Scott, 2000), Troya (Troy, W. Petersen, 2004), Alexander (Alexander, Oliver Stone, 2004), 300 (300, Z. Snyder, 2007), Elizabeth (Elizabeth, S. Kapur, 2007), Lincoln (Lincoln, S. Spielberg, 2012) y un sinfín de filmes donde el pasado constituye un escenario en el cual proyectar su presente, la realidad socio-política-cultural-económica de cada film, otorgándole a cada producción un doble valor histórico, con lo que se cumple la premisa de que, en palabras de Benedetto Croce, toda historia es historia contemporánea.

 

Notas

(1) Cita textual del Director J.L. Mankiewicz tomada del libro de F. Lillo Redonet (1994).

(2) Concepto que se utiliza con gran ligereza para hablar del asesinato de Julio César y el cual se ha ido extendiendo hasta convertirse en un sustantivo que hace referencia a la muerte de un emperador.

(3) Idus es un nombre de género femenino, por lo cual sería más exacto utilizar Las idus de marzo, pero el masculino se impuso tras la novela de Thornton Wilder “Los idus de marzo” (Alonso, Mastache, Alonso 2008: 113).

(4) “Invenciones verdaderas” e “invenciones falsas” son dos términos acuñados por Rosenstone en su libro El pasado en imágenes. El desafío del cine a nuestra idea de historia.

 

Bibliografía

ALONSO J. J., MASTACHE E. A. y ALONSO J., La antigua Roma en el cine, T&B, Madrid, 2008.
FERRO M., Cine e historia, G. Gili (GG), Barcelona ,1980.
LILLO REDONET F., El cine de romanos y su aplicación didáctica, Ediciones clásicas, Madrid, 1994.
NOVILLO LÓPEZ M. A., “El cine y la imagen de Cayo Julio César: realidad o ficción”, Anatomía de la historia, 2011. [Revista en red][Consultado en 5 de marzo de 2014].
PLUTARCO, Vidas paralelas. Cayo Julio Cesar, traducción y notas por Jorge Bergua Cavero, S. Bueno Morillo y J. M. Guzmán Hermida, Gredos, Madrid, 2007.
ROSENSTONE R. A., El pasado en imágenes. El desafío del cine a nuestra idea de historia, Ariel, Barcelona, 1997.
SHAKESPEARE W, Julio César, versión castellana de G. Macpherson, Cardo. Madrid, 1909.
SUETONIO, Los doce Césares. Julio Cesar, traducción de A. Espina, Mediterráneo, Madrid, 1975, pp. 9-43.

 


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ISSN 1988-8848