| DESCENSUS AD SOLARIS:   APUNTES SOBRE LA RECREACIÓN
 DEL MITO DE ORFEO Y EURÍDICE
 Descensus ad Solaris: notes on the recreation  of Orpheus' and Euridyce's myth
 
 Dr. Alberto J. Quiroga PuertasFilólogo Clásico
 Granada
 
            Recibido el 19 de Noviembre de 2013Aceptado el 11 de Diciembre de 2013
   Resumen. Las adaptaciones al cine de Solaris, la novela de ciencia ficción más conocida del escritor polaco Stanislav Lem, enfatizan aspectos relativos a la identidad del individuo y a la naturaleza del amor. En este sentido, los directores Andrei Tarkovski y Steven Soderbergh incorporan elementos narrativos del mito de Orfeo y Eurídice para construir la historia de amor de los protagonistas de Solaris.Palabras clave. Orfeo y Eurídice, Tarkovski, Soderbergh, Solaris, Descensus ad inferos.
 Abstract.Film adaptations of Solaris, the most well-known sci-fi novel by the Polish writer  Stanislav Lem, highlights issues pertaining to personal identities and the  nature of love. Thus, the film directors Andrei Tarkovski and Steven Soderbergh  borrow narrative elements from Orpheus and Eurydice myth in order to help  create the love story between the main characters of Solaris.Keywords.Orpheus and Eurydice, Tarkovski, Soderbergh, Solaris, Descensus ad inferos.
 
            
            
          
               La flexibilidad formal y la permeabilidad temática  del cine de ciencia ficción han permitido que este género haya recreado y  reelaborado pasajes procedentes de la mitología clásica greco-latina empleados  como el argumento principal de guiones cinematográficos (1). Sin embargo, hay  otro tipo de influencias y alusiones a la mitología clásica que se imbrican en  argumentos de filmes de ciencia ficción cuya trama no pretende relatar un mito  greco-latino, sino que se ocupan de temas alejados de la antigüedad clásica. En  el contexto de este último tipo de filmes, las referencias a la mitología  actúan dentro de un marco referencial que puede pasar visualmente desapercibido  pero que llega a constituir una parte nuclear de un guión cinematográfico. En  este sentido, el propósito de este trabajo será analizar la influencia del mito  de Orfeo y Eurídice en las dos versiones fílmicas de la novela Solaris, la obra más conocida del  escritor polaco Stanislav Lem (2). Tanto la versión del director ruso Andrei  Tarkovski como la del cineasta norteamericano Steven Soderbergh contienen  elementos narrativos reminiscentes de la fallida peripecia de Orfeo en su  descenso al Hades para rescatar a su esposa Eurídice (3). Como es habitual en el ámbito de la mitología  clásica, no hay una fuente que trasmita un relato canónico sobre este mito.  Tanto la genealogía de Orfeo y Eurídice, así como el desarrollo y el final de  este episodio, varían en función de la intencionalidad con la que el autor lo  narrara. Un relato que incluya aquellos motivos que mayor influjo han ejercido  en la cultura contemporánea debería hacer especial hincapié en los siguientes  aspectos del mito: el dolor de Orfeo causado por la muerte de su esposa Eurídice;  el descensus ad inferos de éste y su  capacidad para encantar y sensibilizar a los habitantes del Infierno  (incluyendo a los dioses del Inframundo, Hades y Proserpina) con su canto y con  la música de su lira; el viaje de retorno al mundo de los vivos de Orfeo y  Eurídice con el caveat de los dioses  del Infierno: que Orfeo no se vuelva a mirar a su esposa hasta que vean  nuevamente la luz del día; finalmente, la impaciencia de Orfeo al volver la  vista hacia atrás justo antes de llegar al mundo de los vivos, provocando así  que Eurídice vuelva al reino de los muertos para siempre. El hecho de que las principales versiones de este  mito se encuentren en autores de gran influencia en el canon literario clásico  (Virgilio, Ovidio, Platón y, en menor medida, Apolodoro) aseguró su transmisión  a la cultura occidental. Así, al igual que ha venido sucediendo en otras artes  (Crocci da Gracia-Mínguez Baños 1995), el cine también ha aprovechado el  contenido alegórico de este mito (4). Las versiones más conocidas son, sin  duda, Orfeo (1950) y El testamento de Orfeo (1960), de Jean  Cocteau, y Orfeo Negro (1959), de  Marcel Camus. Del mismo modo que estos dos directores franceses versionaron el  mito de Orfeo y Eurídice en una clave muy personal (5), Tarkovski y Soderbergh  se han valido de esta narración mitológica para desarrollar sus propios  discursos sobre cuestiones relativas a la identidad individual, la voluble  naturaleza del amor o los problemas inherentes a la dimensión ontológica del  ser humano. En las siguientes líneas, detallaré los aspectos que las dos  adaptaciones de Solaris retoman de la  versión del mito de Orfeo y Eurídice así como su transformación para acoplarse  a la narrativa y temática en las versiones fílmicas de Tarkovski y Soderbergh. Con todo, antes de profundizar en el examen de los  elementos narrativos del mito de Orfeo y Eurídice que subyacen en las versiones  cinematográficas de la novela de Lem (6), es preciso resumir el contenido de la  novela y sus adaptaciones: el psiquiatra Kris Kelvin (viudo tras el suicidio de  su esposa, Hary, cuando él la abandonó) es enviado a la estación espacial que  orbita en torno al planeta Solaris con el objetivo de ayudar a sus tripulantes  debido a los misteriosos problemas psicológicos que padecen y que él mismo acabará  por experimentar. Pronto descubrirá que el océano del planeta Solaris es un  ente que materializa las personas que los tripulantes de la estación recuerdan.  Así, Hary aparece nuevamente en la vida de Kevin, si bien ella es meramente un  ente cuya personalidad y recuerdos se limitan a lo que Kevin recuerda de ella.  Asustado, el psiquiatra se deshace de ella, pero Hary vuelve a materializarse y  aparece ante Kevin, que acaba por ceder a sus propios sentimientos aceptándola  y amándola como la verdadera Hary. Cuando el resto de tripulantes de la  estación le obligan a que se deshaga de ella, Kevin no accede y persiste en su  actitud de traerla de nuevo a la Tierra. A pesar de su renuencia a reconocer la  verdadera naturaleza de la Hary que ha encontrado en la estación espacial, ella  sí entenderá que es una proyección de la memoria de Kelvin y aceptará ser  eliminada por los tripulantes de la estación.   Solaris (Tarkovski, 1972) El director ruso Andrei Tarkovski adaptó la novela  de Lem enfatizando varios leitmotivs presentes en su carrera cinematográfica:  la crisis de identidad del ser humano en el periodo posterior a las dos grandes  guerras del siglo XX, la incapacidad del hombre para conjugar los avances  científicos y tecnológicos, y el intimismo filosófico resultante de un  sentimiento de inseguridad por los bruscos cambios acaecidos en la segunda  mitad del siglo pasado (7). Como el propio director reconoció, su versión de Solaris difiere del núcleo argumentativo  de la novela de Lem ya que su adaptación se centra principalmente en la  dimensión filosófica de la vida y del amor en un contexto ajeno al mundo real,  en un territorio inexplorado como es el planeta Solaris. En este sentido, la  localización de la trama ya presenta concomitancias con el mito greco-latino:  Orfeo y Eurídice viven su peripecia en el Inframundo, mientras que Kelvin y  Hary lo hacen orbitando alrededor de Solaris, un paisaje igualmente ajeno a la  vida humana. Se trata, en consecuencia, de la exploración del amor en parajes  literal y metafóricamente extraterrenales (8). Este amor extraterrenal, al  igual que sucede en el mito clásico, condiciona el argumento y desarrollo de la  narración al funcionar como un elemento que contribuye a destacar el amor como  una fuerza activa incluso en territorios vedados a la vida humana. De este  modo, Tarkovski dejó de lado las convenciones formales del género de ciencia  ficción (9) y optó por enmarcar Solaris en la dimensión romántica del mito que aparece en la poesía de Ovidio y  Virgilio. La razón de la intranquilidad y perturbaciones que  sufrían los tripulantes era la peculiar naturaleza del planeta Solaris y de su  océano, un ente que materializaba los recuerdos de los tripulantes. En este  sentido, la interpretación de Solaris como un Inframundo gracias al cual  vuelven a la luz los recuerdos (como es el caso de la rediviva Hary) es  subrayada por Tarkovski mediante un juego de planos en blanco y negro y en  color (10). Asimismo, el director ruso aprovecha tal ambigüedad para vertebrar  las líneas maestras de su película en la oposición de dualidades: como bien han  destacado Osorio (2013: 18, 138) y Ciria (2006: 7), este sistema de dualidades  y paralelismos replica el binomio realidad/memoria, puesto que la Hary que  aparece en la nave es una recreación de los recuerdos que de ella tenía Kelvin,  quien ya está inmerso en su propio descensus  ad inferos al querer traer de vuelta a la Tierra a Hary, a pesar de que  ésta no sea otra cosa que la materialización de su memoria (11). Consciente de  la naturaleza de su propio ser, Hary quiere desaparecer voluntariamente al  “recordar” (esto es, al ser nutrida de los recuerdos de Kevin) que la Hary  mortal se suicidó y que Kelvin se deshizo de la anterior materialización de  Hary al llegar a la estación.  Solaris (A. Tarkovski). © Contemporary Films
 El propio protagonista, Kelvin, es retratado como  una suerte de Orfeo moderno. Si el personaje mitológico era conocido por su  capacidad para encandilar y, en su sentido más etimológico, encantar a todo  aquel que escuchara su cítara, Kelvin escruta la psique y el alma humana por su  trabajo como psiquiatra. Tanto Orfeo como Kelvin pusieron en práctica sus  habilidades para interactuar con el alma humana: en las Argonáuticas de Apolonio de Rodas, Orfeo aparece aplacando las  disputas entre compañeros (I.492-519) y contrarrestando el poder embelesador de  la peligrosa voz de las Sirenas (IV.902-919) con su canto y su lira. En la  película de Tarkovski, el conocimiento sobre psiquiatría de Kelvin es el motivo  por el que fue enviado a la estación espacial con la misión de averiguar qué  sucede y calmar el ánimo de los tripulantes que quedaban. Orfeo y Kelvin, por  lo tanto, son capaces de influir en el alma humana a través del poder psicagógico  de la palabra. El amor por la nueva Hary solariana constituye una  catarsis para Kelvin desde el momento en que reconoce que la ama a pesar de  saber que ella es, simplemente, la materialización de sus recuerdos. El  psiquiatra ya actúa como un moderno Orfeo que baja a rescatar a Eurídice-Hary  de ese lugar donde no habitan humanos para traerla de vuelta a la Tierra.  Cuando los compañeros de la estación se niegan a volver a la Tierra con un ente  como Eurídice-Hary, Kelvin decide quedarse con ella en la estación orbitando  alrededor de Solaris. Sin embargo, como sucede en el mito, Eurídice-Hary no  verá la luz de la Tierra porque el impaciente Orfeo-Kelvin mira hacia atrás; en Solaris, Kelvin no cesa de mirar  hacia atrás en el tiempo, de recordar a su esposa Hary, y es precisamente la  persistencia del recuerdo lo que propicia que Eurídice-Hary se quede en Solaris  ya que ella se percata de que no posee identidad propia, sino que es creada a  partir de los recuerdos de Kelvin. Triste por el paulatino reconocimiento de la  inanidad de su ser, Eurídice-Hary pide a los compañeros de Kelvin que la  eliminen para que éste pueda volver a la Tierra y, sobre todo, sentirse  redimido del suicidio de su mujer (12). Sin embargo, Kelvin-Orfeo no vuelve a  la Tierra: en el zoom-out del último plano de la película, Kelvin no regresa a  la casa de su padre en la Tierra, sino a una réplica de la misma en una isla en  el océano del planeta Solaris. Tarkovski, por lo tanto, emplea los principales  motivos literarios del mito de Orfeo y Eurídice en su reelaboración de la  novela de Lem con el fin de cuestionar la verdadera naturaleza del amor e  indagar sobre los problemas de identidad del ser humano desde un punto de vista  filosófico -de hecho, la crítica ha destacado frecuentemente el papel de la  filosofía, especialmente la filosofía clásica (13), como eje vertebrador de la  obra de Tarkovski (Ciria 2006: 189; Osorio 2013: 9-10; Velis 2011: 11-13; Žižek 2000: 233-235).   Solaris (Steven Soderbergh, 2002) A pesar de la insistencia del cineasta  norteamericano S. Soderbergh en calificar su película como una recreación de la  novela de Lem y no como un remake del film de Tarkovski (14), Soderbergh  recorre las mismas líneas narrativas exploradas por el director ruso en su  versión de Solaris -la identidad individual  y la naturaleza del amor-, si bien con distinto énfasis. En este caso, Rheya  (tal es el nombre de la mujer de Kelvin en esta versión) soporta nuevamente el  peso de los problemas de identidad que el argumento presenta. Soderbergh hace  que el personaje de Rheya oscile de la autoafirmación (“soy yo, soy yo”, espeta  Rheya a Kelvin en su primera aparición como visitante de la estación espacial)  a la crisis de identidad (“no me llames así”, responde a su marido cuando se  percata de su verdadera entidad). A pesar de la similitud temática, el  acercamiento a los problemas filosóficos que plantea la aparición de sucesivas  Rheyas es tratado de forma distinta por los dos directores. Tarkovski está más  interesado en las implicaciones religiosas y sociales de lo que significa la  materialización de los recuerdos de Kelvin en la forma de su mujer, mientras  que Soderbergh centra su atención en las consecuencias personales de este  fenómeno. Como afirman Jordan y Haladyn (2010: 263), “Tarkovski  uses this problematic to approach questions of Being from the perspective of  belief and conscience, whereas Soderbergh uses this problematic to ask  questions of Being in relation to issues of identity and subjectivity”.  Solaris (S. Soderbergh). © 20th Century Fox Home Entertainment
 Con todo, la versión  de Soderbergh gira primordialmente en torno a la historia de amor entre Kelvin  y Rheya. La trama transcurre del mismo modo que en la versión de Tarkovski,  pero el director norteamericano añade nuevos elementos reminiscentes del mito  de Orfeo y Eurídice. Así, la asimilación de Kelvin con Orfeo se sustenta no  sólo en la habilidad del primero para escudriñar el alma humana en virtud de  sus conocimientos de psiquiatría, sino también en su gusto por la poesía. En  esta nueva versión, Kelvin enamora a Rheya recitando el famoso poema de Dylan  Thomas “And death shall have no dominion” (15), una composición que anticipa el  final de su relación al tiempo que fortalece la asimilación de su amor con el  mito clásico: la muerte no tendrá señorío y no acabará con el amor de Kelvin y  Rheya ni siquiera en los distantes parajes donde se encuentra el planeta  Solaris. Por lo tanto, al insertar en la narrativa un poema que recuerda al  mito de Orfeo y Eurídice tanto por su temática (el amor es más poderoso que la  muerte) como por la analogía que se establece entre el encantamiento producido  por el poema que lee Kelvin y la habilidad de la música y del canto de Orfeo,  Soderbergh acerca Solaris al mito  clásico. Otro aspecto  reseñable en la asimilación de la historia de Kelvin y Rheya a la de Orfeo y  Eurídice es el final de la película. Aunque éste ha suscitado diversas  interpretaciones (Grau 2013: 110-111), parece evidente que en esta ocasión  Kelvin no vuelve a la Tierra con el resto de la tripulación al no soportar  vivir nuevamente sin la Rheya que Solaris ha materializado a partir de sus  recuerdos, sino que permanece en la estación espacial mientras ésta desciende  sin control y es absorbida por el planeta. El reencuentro final de Kevin y  Rheya en la última escena deja a las claras que ambos están juntos en un lugar  que no es la Tierra, sino en un mundo paralelo creado por el océano de Solaris  (16). La elección de este  final debe contrastarse con un pasaje platónico que hace referencia al mito de  Orfeo y Eurídice. En el Banquete de  Platón (179b-180b), Fedro recrimina a Orfeo el haber bajado vivo al Hades en  busca de Eurídice en lugar de haber muerto por amor a ella como hicieron otros  personajes como Alcestis y Aquiles, dispuestos a morir por amor a Admeto y  Patroclo respectivamente. Soderbergh, sin embargo, contradice a Platón en esta  versión del mito y hace que Kelvin-Orfeo complete su descensus ad Solaris para vivir eternamente junto a Rheya-Eurídice. Ya desde la antigüedad, la polisémica figura de  Orfeo facilitó su adaptación a diversos discursos y disciplinas artísticas cuya  influencia a lo largo de la civilización clásica alcanzó el cristianismo. En el  marco de la cultura contemporánea, Balló y Pérez (17) han resumido el principal  requisito que debe cumplir un personaje cinematográfico para poder embarcarse  en un descensus ad inferos: ir tras  el amor perdido más allá de la vida para rescatar no sólo a la persona amada,  sino también a sí mismo. En las adaptaciones de Solaris, más allá de los paralelismos explícitos a nivel  argumentativo (Kelvin-Orfeo emprende una búsqueda en páramos extraterrenales para  rescatar a Eurídice-Hary, a pesar de que no completará dicha búsqueda por su impaciente  y constante mirada hacia atrás en el tiempo), Tarkovski y Soderbergh reelaboran  las líneas maestras de un leitmotiv de gran predicamento en la cultura  occidental con el fin de amoldarlo a sus adaptaciones de la novela de Lem.   Notas (1) Para un listado de películas de temática  mitológica, vid. Valverde García (2010b). (2) Una lectura de esta novela a la luz de la  mitología clásica no cabe en el presente estudio. Un estudio sobre esta novela,  en Geier (1992).
 (3) Para este trabajo no se ha tenido en cuenta  la versión rusa en formato telefilme de B. Nirenburg (1968). Las principales fuentes clásicas que tratan el mito  son: Apolodoro, Biblioteca I.3.2;  II.4.9; Ovidio, Metamorfosis X.8-64;  XI.1-67; Pausanias I.14.3; II.30.2; V.26.3; Virgilio, Geórgica IV.453-527.
 (4) Balló y Pérez (1997: 293-297) interpretan como descensus ad inferos filmes como Vertigo (1958), Fellini 8 ½ (1963), Morte a  Venezia (1971), Frantic (1988), After Hours (1985), Desesperatdly Seeking Susan (1985), Legend (1985), Blue Velvet (1986), Something Wild (1985), El sueño del mono loco (1989), The Bonfire of Vanities (1990). A estas  películas se podrían añadir títulos más recientes, como What Dreams may come (1998), o Inception (2010). Un detallado listado de películas sobre mitología clásica en Valverde  García (2010a, 2010b).
 (5) Vid. González Delgado (1999); Hammon (1972);  Rull (2002).
 (6) Con todo, no se pueden establecer paralelismos  formales entre el mito de Orfeo y Eurídice y esta novela de forma tan evidente  como los presentes en las adaptaciones de Tarkovski o Soderbergh. El propio  autor polaco considera que las dos adaptaciones al cine de su novela enfatizan  aspectos ajenos a su intención original (narrar una historia de ciencia ficción  sobre el contacto entre humanos y formas de inteligencia no humana). De hecho,  Lem afirmó que le hubiera gustado que la crítica literaria y las adaptaciones  cinematográficas hubieran podido vislumbrar la influencia de Moby Dick en Solaris (vid. http://english.lem.pl/arround-lem/adaptations). Por su parte, Balló y Pérez (1997: 27) asemejan  la figura del protagonista de la novela a la del héroe griego Jasón, mientras  que Osorio (2013: 17) estima que “Solaris es esencialmente la historia de un viaje”.
 (7) El propio director reconoce tales preocupaciones  en el documental Andrei Tarkovski: Un  poeta en el cine (http://www.youtube.com/watch?v=YzxhldJH7cA&list=LPujRoLK-vFDw). Vid. también Osorio (2013: 8).
 (8) Como bien indican Osorio (2013: 20-23, 44-46)  y Totaro (2010), la presencia de elementos de la naturaleza al comienzo de la  película pretende marcar el contraste entre la Tierra y el nuevo mundo al que  se dirige Kelvin.
 (9) Sobre la concepción de la ciencia ficción en su  obra (y, especialmente, la cuestión de la obra del director como una respuesta  rusa a la película de S. Kubrick 2001:  Una Odisea en el espacio), vid. Osorio (2013: 13-14). Vid. también Golstein  (2008: 179-180) para las posibles lecturas de la obra de Tarkovski en el marco  de la Guerra Fría.
 (10) Sobre el estilo visual de Tarkovski, vid.  Golstein (2008: 185-192).
 (11) Sobre el papel de la memoria en la obra del  director ruso, Rodríguez Serrano (2010).
 (12) Sobre los problemas de identidad de Hary, vid. Jordan y Haladyn (2010: 255): “This substitution of a mass existence for  a unique existence, as evidenced most clearly by the multiple versions of the  guests – a second copy of Rheya [i.e., Hary] appearing after Kelvin eliminates  the first – exposes one of the key philosophical tenets of Being: that an  existence is unique and therefore unreproducable”.
 (13) En este sentido, nótese el movimiento de la  cámara de Tarkovski que fija su atención en un busto de Sócrates que preside  una discusión filosófica en la biblioteca de la estación espacial. Igualmente,  sería interesante analizar la figura de Hary y Kelvin en las versiones fílmicas  de Solaris a la luz de varios textos  de Platón (Prot. 315a, 316d;) que  relacionan a Orfeo con los sofistas y con el mundo sensible en su teoría de las  ideas. Vid. también Bernabé (2000).
 (14) http://entertainment.time.com/2010/10/01/top-10-hollywood-remakes/slide/solaris-2002-solyaris-1972/.
 (15) Es interesante resaltar que el poema es  recitado en off mientras que la  pantalla muestra cómo Kelvin y Rheya se dan la mano por primera vez mientras  bajan en un ascensor, resaltando así su descensus  ad inferos.
 (16) Léanse en este sentido las interesantes reflexiones de  Jordan y Haladyn (2010: 271): “Whereas Tarkovski’s Kelvin gives himself over to  the will of Solaris, in a sense becoming the planet’s puppet, Soderbergh’s  Kelvin creates the life he previously was unable to live, embracing the simulacra  of the puppet’s dream and allowing it to become real”.
 (17) Balló y Pérez (1997: 291): “la búsqueda del  amor perdido más allá de la vida. Pero el personaje que realiza esa búsqueda no  es un ser cualquiera: es un artista, un hechicero de las fuerzas naturales… Lo  que está en juego en su itinerario hacia el mundo infernal no es únicamente la  búsqueda de la mujer amada, sino la recuperación de la inspiración creativa”.
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