ROMÁN GUBERN

Historiador del Cine

 

Entrevista realizada por Miguel Dávila Vargas-Machuca

 

Recibido el 9 de Septiembre de 2013
Aceptado el 25 de Septiembre de 2013


Plantearse una conversación con una figura de la talla académica de Román Gubern puede dar cierto vértigo inicial si se da un ligero repaso a su extensísimo currículum. No en vano, Gubern es uno de los españoles más renombrados en la investigación sobre cine y medios de comunicación, con estudios pioneros en nuestro país sobre el cine durante la Guerra Civil, el cómic o la pornografía. Pero charlar con él es también una verdadera experiencia en la que, aparte de aprovechar la oportunidad de compartir impresiones con una persona tan interesante como afable, el entrevistador puede empaparse de sus amplios conocimientos y dejarse llevar por algunas anécdotas impagables.

Como ya se ha apuntado, el currículum de Román Gubern Garriga-Nogués es más que extenso, e incluso difícil de resumir por la gran amplitud de su carrera académica y profesional. En el ámbito más estrictamente académico puede apuntarse ser investigador y docente en diversas universidades internacionales, doctor en Derecho, Catedrático de Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona (Emérito desde su jubilación en 2004), fundador y director del Instituto Cervantes en Roma y Doctor honoris causa por la Universidad Carlos III de Madrid. A ello hay que sumar ser miembro fundador de la Escuela de Comunicación y Diseño Eina (Barcelona) en 1967 y del Institut del Cinema Català en 1975, la presidencia de la Asociación Española de Historiadores del Cine (1990-95) y la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña, su pertenencia a importantes instituciones como la Association Française pour la Recherche sur l´Histoire du Cinéma, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España, la Academia del Cinema Català, el Instituto Luis Buñuel (SGAE) y el consejo del International Journal of Media and Cultural Politics. No pueden pasarse por alto sus conferencias en prestigiosas instituciones (Harvard, California Institute of Arts, Yale, New York University, MoMA, La Sorbonne, Universidad París VIII, La Sapienza de Roma, Cinemateca de Helsinki, Bienal de Venecia, etc.), su presencia en los jurados de festivales de cine (San Sebastián, Huelva, Valladolid, Montpellier, Venecia, Mar del Plata, etc.) y diversos reconocimientos, como la medalla de la Asociación Española de Historiadores del Cine (2004), la medalla de Oro de las Bellas Artes (2010), el Premio Sant Jordi de Cinematografía de Radio Nacional de España (2011) o la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya (2013), entre otros.

Y si esta carrera académica es tan amplia como difícil de resumir, no lo es menos su variada producción literaria sobre los medios de masas. Dejando aparte su contribución a un buen número de obras colectivas, destacamos aquí algunos de sus libros relacionados sobre todo con el cine: Historia del cine (1969), Un cine para el cadalso. 40 años de censura cinematográfica en España (1975), El cine español en el exilio 1936-1939 (1976), "Raza": un ensueño del general Franco (1977), El cine sonoro en la II República (1977), La censura: función política y ordenamiento jurídico bajo el franquismo (1981), La guerra de España en la pantalla. De la propaganda a la historia (1986), La caza de brujas en Hollywood (Anagrama, 1987), Los cómics en Hollywood. Una mitología del siglo XX (1988), Espejo de fantasmas. De John Travolta a Indiana Jones (1993), Benito Perojo. Pionerismo y supervivencia (1994), Proyector de luna. La Generación del 27 y el cine (1999), Val del Omar, cinemista (2004), Los años rojos de Luis Buñuel (2009), De los cómics a la cinematografía (2013).

Por si una carrera académica tan extensa y una producción literaria tan vasta no fueran suficientes razones para reconocer el peso en el mundo cinematográfico de Román Gubern, aún nos queda por tratar su condición de profesional del audiovisual, una labor que ha materializado aportando sobre todo argumentos y guiones para cine y televisión. En el cine, puede destacarse sobre todo haber firmado el guión de ocho largometrajes del director Jaime Camino: Mañana será otro día (1966), España otra vez (1968), Un invierno en Mallorca (1969), La vieja memoria (1977), La campanada (1979), Dragon Rapide (1986), El llarg hivern/El largo invierno (1991) y Los niños de Rusia (2001); además, pueden citarse sus guiones para Brillante porvenir (Vicente Aranda, 1964), Raza, el espíritu de Franco (Gonzalo Herralde, 1977) o Espérame en el cielo (Antonio Mercero, 1988). En cuanto a la televisión, Gubern ha participado como guionista en las series Los años vividos (1991), Colón y la era de los descubrimientos (1990-92), Amar el cine (1994) y Sombras y luces (1995), e incluso compaginó guión y dirección en El ojo y la palabra. La Generación del 27 y el cine (2001).

Con semejante bagaje a sus espaldas, no es de extrañar que la entrevista fuera muy rica en interesantes contenidos. Y, antes de entrar en materia, debo agradecer a Carlos Serrano Tirado las facilidades para realizarla, aprovechando la presencia de Román Gubern en los Cursos de Verano 2013 de la Universidad Internacional de Andalucía en su Campus Antonio Machado de Baeza (Jaén).

- Con una experiencia tan dilatada como escritor, historiador, docente o guionista, ¿puede identificarse con alguna de estas facetas en particular?

Profesor me gusta porque profesor significa dar a conocer a los demás aquello que tú sabes, o lo que crees saber. Yo tuve la fortuna de empezar mi carrera docente en Estados Unidos […] Lo único que puedo agradecer a Franco, lo único, es que me empujó al exilio y empecé mi carrera académica en Estados Unidos, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, luego fui a California y empecé a enseñar Historia del Cine (en inglés, naturalmente) hasta que murió Franco. Y a partir de 1977 me incorporé a la Universidad Autónoma de Barcelona. Pero […] más que de cine hablamos de cultura audiovisual, porque es el mundo de las multipantallas, ya no solamente la pantalla de cine. Por cierto, la pantalla de cine, si se piensa un momento, era una heredera arcaica de la vieja linterna mágica del siglo XVII, en donde se proyectaban unos vidrios dibujados y coloreados; y, por tanto, era una pantalla pasiva de reflexión lumínica. Pero, a partir del invento de la televisión aparecen las pantallas activas de emisión, no ya de reflexión pasiva de la luz incidente. Y todas las pantallas que ahora usamos, desde el ordenador al teléfono celular y todas las demás (hasta las tablets) son pantallas activas de emisión. Esto es un salto cualitativo muy importante. Por tanto, los que enseñamos la cultura audiovisual en la actualidad tenemos muy claro que la semilla fundacional fue el cine y luego vino una diversificación espectacular de familias de medios. Y yo digo que un rasgo fundamental de la cultura actual es la intermedialidad, la relación entre los medios. Aparece Harry Potter en novela, se trasvasa a una película de cine, se venden DVD’s en los almacenes para que la gente los vea en casa, se pasa en televisión y acaba en un videojuego, que es donde recauda más dinero. Y viceversa, Lara Croft nace en un videojuego y acaba en una pantalla de cine en el cuerpo mortal de la actriz Angelina Jolie. Por tanto, el mundo de los medios de comunicación no se entiende sin el concepto de intermedialidad o conexiones, interacciones, interactividad, interinfluencia...

- En cuanto a su labor como guionista de cine, ¿cómo podría resumir su paso por el medio y su aportación?

Todo lo que he hecho como guionista ha sido siempre por encargo ajeno [...] Incluyo cine y televisión, porque lo último que he hecho, si no recuerdo mal, fue un encargo de Televisión Española, a raíz de publicar un libro en la editorial Anagrama llamado Proyector de luna. La Generación del 27 y el cine, que trata del idilio que vivieron Federico García Lorca, Dalí, Buñuel, Alberti... con el cine. Entonces me llamaron y me pidieron hacer una serie inspirada en el tema del libro. Esa serie, en la que trabajé como director y como guionista, se llama El ojo y la palabra y se emitió en canales temáticos de Televisión Española, y ganó algún premio, por cierto. Y trata sobre un tema que me interesa mucho, que es la relación entre Cine y Literatura y, sobre todo, la Generación del 27.

- ¿Destacaría a alguno de los profesionales con los que ha trabajado en el cine?

Con quien he trabajado más en cantidad es con Jaime Camino, que vive en Barcelona y es amigo mío. Él me llamó porque la primera película de Jaime, que era una película muy poco comercial, Los felices sesenta, fue una película meritoria e interesante, pero acabó como un fracaso económico [...] Él perdió dinero, me llamó un poco desesperado porque quería hacer una película comercial, una película divertida para ganar dinero […] Y entonces él había conocido a una pareja, un chico y una chica, muy alocados, muy aventureros, ella hacía de modelo y el otro vivía de trapicheos. E, inspirándonos claramente en esta pareja joven y aventurera, que eran Sonia Bruno y Galiardo (que en paz descanse) (1), hicimos la película llamada Mañana será otro día, una comedia con cámara al hombro, con pocos medios, por las calles, que estuvo meses en cartel y fue el lanzamiento de Galiardo. La película no es una obra maestra, pero es un buen testimonio de las calles (se salía del estudio por economía), de ver cómo la gente vivía y de cómo la pareja de pícaros intentaba sobrevivir, con estafas y con trapicheos. En ese aspecto, la película era muy comercial y funcionó muy bien de público. A partir de esto, un día me llamó para el siguiente, otro para el siguiente, y con Jaime habré escrito unos siete u ocho guiones. Hubo un último intento incluso de hacer un guión juntos después de su enfermedad, pero no conseguimos terminarlo [...] Pero con Jaime es con quien he hecho más películas y guiones, efectivamente, incluyendo uno peculiar que hicimos con un norteamericano, Alvah Bessie, que era una víctima de la “Caza de Brujas” del Macarthismo y había luchado en la Guerra Civil Española, en la Brigada Lincoln (de las Brigadas Internacionales). Había un encargo de un productor que quería lanzar a su pareja, su chica, como estrella, y Jaime había conocido en California a Alvah Bessie, le llamamos y rodó con nosotros. Y fue una película (2) muy singular, porque el protagonista volvía a España después de la Guerra Civil, no se arrepentía de haber combatido al franquismo […]

- ¿Tiene preferencia por alguna de las películas en las que ha tomado parte?

Ésta que te digo (3) y a lo mejor Dragon Rapide […] Jaime encargó a Ian Gibson (el biógrafo de Lorca) una cronología muy detallada de los quince días anteriores al golpe de estado (4) para recuperar los prolegómenos del estallido de la Guerra Civil […] Y ocurría un problema muy interesante para un psicoanalista, que era el bloqueo que teníamos de representar a Franco con gestos humanos, y entonces en las primeras versiones le representábamos de lejos, de espaldas, en un plano general… porque no había manera de tratarlo “de tú a tú”, digamos. Entonces estábamos bloqueados, y vimos una película de Francesco Rosi, Salvatore Giuliano, en la que se trataba así al bandido famoso, en plano general, de lejos, nunca está de cerca... Y otra sobre Mussolini, El proceso de Verona (5), en la que salía de espaldas. Hasta que un día Jaime, viendo La corte de Faraón, encuentra un primer plano de Juan Diego y dijo “¡coño, éste es Franco!”, y le llamó [...] La película siguió con mucha fidelidad la cronología que nos había preparado Gibson, salvo una escena muy importante y famosa […] Cuando Franco estaba en la Legión, los oficiales se iban los fines de semanas de putas, siguiendo una tradición militar típica. Entonces Franco no iba, y cuando volvían los oficiales preguntaba cómo les había ido, les hacía contarle si se habían desfogado o no. Hay algo morboso, algo patológico, en un personaje que no iba de putas y se hacía contar cómo le había ido a la gente que sí había ido (hay una patología sexual específica que se llama “puterismo”, que es en parte “voyeurismo”). Entonces nos planteamos si a esa edad Franco tenía vida sexual con su esposa […] A raíz de esta película me llamó Antonio Mercero porque quería hacer una comedia, una sátira sobre Franco y su doble (6) […] Me acuerdo que una vez en Nueva York me encontré con Berlanga, en el aeropuerto, con unos problemas en la aduana, y como Luis no sabía inglés le eché una mano y me preguntó “¿En qué estás trabajando?” Yo le contesté que en un guión con Mercero sobre Franco y su doble y me dijo que consultara un libro que ya existía sobre eso. En Buenos Aires se publicó un libro que costó mucho encontrar (lo encontré de segunda mano, no sé cómo), que se llama El caudillo y el otro (7), que cuenta una cacería de Franco en la frontera de Portugal, entonces un grupo antifranquista lo secuestra y lo lleva a Portugal, y discurre en torno al doble […] y supone el precedente literario de la película [...] Ésos serían los guiones de los que me siento más satisfecho.

- Muchas de las producciones en las que ha participado, recrean el pasado de alguna manera.

La Guerra Civil varias.

- En su opinión, ¿cuál sería, la relación entre Cine e Historia? ¿Cómo valoraría la dimensión didáctica del Cine para la Historia?

Bueno, se ha escrito mucho sobre esto [...] Se ha dicho mucho que el cine histórico es más testimonio de la época en que se hace que de la época a la que se recurre […] Se dice que las películas de época hablan más de la época en que se hacen que de la época que reproducen, porque reproducen un punto de vista novedoso, idílico, desmitificado… También para acercar un poco a los personajes con el receptor. Las películas pueden ser más testimoniales de la época producida (no hay más que ver el cine hecho en zona nacional en la Guerra Civil, en la que los buenos son siempre los franquistas). Marc Ferro, de forma muy acertada, decía que a veces los filmes eran más elocuentes por lo que no dicen que por lo que dicen.

- Las películas, aunque no pertenezcan al género histórico, o aunque no pretendan recrear una época determinada, ¿pueden adquirir con el tiempo un valor como documento histórico?

Sí, sí, sí. Por ejemplo, yo creo que los dos títulos mejores para ilustrar la condición femenina en la España de Franco en los años 50 son Calle Mayor de Bardem y otra menos conocida pero no menos importante, a mi juicio, Cielo negro de Nieves Conde, un estremecedor documento de la condición femenina siniestra en esta época. Y, en general, en el cine español no hay mejor imagen de la mujer que Calle Mayor, Cielo negro y ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, la película de Almodóvar que habla de un ama de casa de la clase obrera del Madrid de los años 80.

- Pormenorizando en un tema que ha tratado mucho, ¿cuál es, en su opinión, la imagen de la Guerra Civil Española en el cine español?

Hubo un cine hecho durante la Guerra Civil muy interesante, que está poco estudiado todavía [...] Hay que pensar que las estructuras del cine estaban en Madrid y Barcelona, quedaron en zona republicana, por lo que los franquistas tuvieron que recurrir de mala manera a Lisboa para hacer algunas películas, y después a Berlín. Es interesante ver que hasta abril de 1938 no se crea el departamento de cine en zona franquista, pero la asimetría respecto a la zona republicana es descomunal [...] Buñuel en París produjo dos películas importantes: una es España 1936, y una segunda mucho menos conocida, España 1937, que la censura prohibió y apenas se ha visto (de ella apareció una copia en Berlín Este) [...] Y la película más importante de la zona franquista se llama España heroica, con material de los dos bandos, de gran valor icónico [...]

- ¿Y la imagen de la Guerra Civil Española en las producciones extranjeras?

Yo recuerdo ahora una película que se llama Hollywood contra Franco (8), donde se trata este tema. En Hollywood, el jefe de censura Joseph Breen era un hombre muy conservador, católico, y de hecho no se opuso a la “no intervención” (9) por no enemistarse con los católicos franquistas. Pero una cosa fue el cine documentalista independiente y otra el cine de Hollywood, que estaba tutelado por la Oficina de Hays (10) y el jefe, Breen, era un católico conservador. Entonces se produjo una esquizofrenia, mientras la parte de los profesionales era antifascista, la cúpula de los estudios era muy conservadora y no quería meterse en líos y menos cuando se vio que Franco iba a ganar, se decide entonces no hacer películas sobre la Guerra Civil para no perder un mercado. Pero en otros países sí se hicieron películas, en la Unión Soviética, en Alemania o en Francia. Está la famosa Sierra de Teruel/L’espoir de Malraux (11) […] y hay una famosa en México hecha por españoles del exilio republicano, En el balcón vacío de García Ascot, que trata la historia de unos exiliados y es un testimonio basado en la historia real de la esposa del director que huía de la barbarie franquista.

- ¿Ya se han hecho todas las películas posibles sobre la Guerra Civil? ¿O el actual debate sobre la memoria histórica está permitiendo generar enfoques novedosos?

A Carlos Saura, que tiene una película diferente sobre la Guerra Civil, Ay, Carmela, que me parece una obra maestra, yo le escuché decir una vez “está por hacer todavía la gran película de la Guerra Civil Española”. Y sí, está por hacer. Según las estadísticas, se han hecho muchas películas, es la guerra más glosada por el cine mundial... Y hay un dato inquientante, que La vaquilla, la película más taquillera sobre la Guerra Civil Española, es una sátira […] A mí personalmente me irritó [...]

- ¿Alguna película o serie favorita de género histórico (o de potencial histórico)?

Hay muchas películas que, sin pretender ser históricas, acaban siéndolo. Los soprano, por citar una producción moderna, es un buen documento indirecto de una sociedad. Como la trilogía de El Padrino, que no pretende ser histórica, pero se convierte en un documento sobre el advenimiento de la mafia, cómo se organizaba y estratificaba, las dificultades de unos emigrantes que llegan a principios de siglo […] Y es una prueba de que la mafia es una conversión de la ideología católica en Italia, sobre todo en el sur, del concepto de famiglia allargata.

- Y, para terminar, ¿cómo ve el futuro del cine histórico?

Hay mucho interés, y hay películas que tienen una enorme acogida. Déjame que te cuente que la película Alba de América se hizo como réplica a una producción que venía de Inglaterra, Christopher Columbus, que era ofensiva con España. Entonces el Estado Español financió esta producción de Alba de América.

- Pues muchas gracias, la verdad es que ha sido un auténtico placer haber podido compartir estos minutos con usted.

Notas

(1) Juan Luis Galiardo (San Roque, 1940 – Madrid, 2012).

(2) España otra vez; dirigida por Jaime Camino en 1969.

(3) Refiriéndose de nuevo a España otra vez.

(4) La sublevación militar contra la Segunda República Española, encabezada por Franco en julio de 1936, que daría lugar a la Guerra Civil.

(5) Il processo di Verona, dirigida por Carlo Lizzani en 1962.

(6) Espérame en el cielo, dirigida por Antonio Mercero en 1988.

(7) El Caudillo y el otro. El doble de Franco. Obra del escritor bejarano Víctor Salmador, publicada en 1977.

(8) Documental español dirigido por Oriol Portas en 2008.

(9) Posición adoptada por el Gobierno de los Estados Unidos para no intervenir en la Guerra Civil a favor de ninguno de los dos bandos, ni el legítimo del gobierno de la República, ni el sublevado liderado por Franco.

(10) Oficina de censura dirigida por Will H. Hays (y posteriormente por Joseph Breen), que creó el código moral (conocido como Código Hays) al que tenían que ceñirse los estudios que conformaban la asociación Motion Pictures Producers and Distributors of America (MPPDA, después Motion Picture Association of America o MPAA), vigente entre 1930 y 1968, cuando se instaura el actual sistema de calificación MPAA.

(11) Película inacabada, rodada en 1937, pero no estrenada hasta 1945, aunque en España tardaría décadas en llegar (1978).

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ISSN 1988-8848