LINCOLN (S. Spielberg, 2012).
EL LINCOLN DE S. SPIELBERG,
REALIDAD O FICCIÓN


Lincoln (S.Spielberg, 2012).
S. Spielberg’s Lincoln. Reality or Fiction

Lcda. Cristina Barrientos Martín
Historiadora
Granada

Recibido el 21 de Octubre de 2013
Aceptado el 29 de Octubre de 2013

Resumen. Abraham Lincoln (1809-1864), es considerado uno de los personajes más importantes e influyentes de la historia de Estados Unidos, por haber sido el responsable de la “liberación” de los esclavos y haber defendido la unidad del país. Esta consideración ha sido perpetuada en el imaginario popular a lo largo de los años a través del cine con películas como Abraham Lincoln (D.W. Griffith, 1930) o Lincoln (S. Spielberg, 2012). Éstas nos han mostrado una imagen cada vez más controvertida y alejada de la realidad presidencial. El director Steven Spielberg con su última película Lincoln no hace más que perpetuar esta visión estereotipada del decimosexto presidente de los Estados Unidos. La trayectoria de este director mundialmente conocido por películas como el Color Púrpura o La Lista de Schindler hace que el espectador vaya al cine predispuesto a creerse aquello que ve en la gran pantalla, sin pararse a analizar la veracidad de los hechos relatados. A lo largo de este artículo se intentarán desvelar aquellos aspectos alejados de la realidad política del personaje que se muestran en la última película de Lincoln.
Palabras clave. A. Lincoln, XIII Enmienda, Emancipación, Guerra Civil, Mitología, Estereotipo.

Abstract. Abraham Lincoln (1809-1864), is one of the most important and influent USA history icons. He “fought” for the slaves´ emancipation and the country unity. This thought has been dominating American’s citizen minds since then and many films as well; some examples are Abraham Lincoln (D.W. Griffith, 1930) and Lincoln (S. Spielberg, 2012). Both movies show a controversial personage far from the figure of a simple president. Lincoln, a recent film by the influential director Steven Spielberg, perpetuates the stereotyped image of the sixteenth USA president. The reputation of this director, well known for films like The purple Colour or Schindler´s List, make that a lot of people who think highly of this film are themselves predisposed to believing in filmic representation than in historical truth. The text discusses some characteristics of Lincon’s portrayal in Spielberg’s film, disconnected from the “political reality” of his time.
Keywords. A. Lincoln, Thirteenth Amendment, Emancipation, Civil War, Mythology, Stereotype.


© 20th Century Fox

 

1 - Introducción

Steven Spielberg, director de grandes producciones como El color púrpura o la Lista de Schindler, estrenó a finales del año 2012 su última superproducción histórica titulada Lincoln bajo el amparo de productoras de la categoría de 20th Century Fox o Dream Works SKG. Ésta película basada en el libro de Doris Kearns Goodwin Team of Rivals narra los últimos años de vida del décimosexto presidente de los Estados Unidos de América, centrándose no sólo en su labor política, sino también en su vida personal. De esta manera, Spielberg crea un personaje más humano y cercano al espectador, estadounidense o extranjero.

La producción y filmación de esta película no fue rápida, su guión pasó por bastantes manos hasta ver la luz finalmente en la gran pantalla en una época muy significativa. Casualidad o no, la película se estrenará durante las elecciones presidenciales que darán como resultado la segunda legislatura del cuadragésimo cuarto presidente del gobierno de Estados Unidos, Barack Obama (2009 –…). Esto puede hacernos pensar que la intención de Spielberg no es simplemente la de reflejar la historia de este presidente, sino la de reivindicar el hecho de la igualdad reinante en este país.

2 - Contextualización histórica de la película

Para entender mejor la película se debería explicar un poco la situación histórica en la que se encuadra la misma. Ésta comenzaría con los últimos años de la Guerra de Secesión norteamericana que enfrentó a la población industrial del Norte con la agraria del Sur bajo la excusa de la “liberación” de los esclavos estadounidenses aunque sus motivos más profundos eran económicos y políticos. Éstos se verían agravados por la construcción de un ferrocarril que uniría el país de Noreste a Oeste con la intención de crear una vía de transporte rápida de las materias primas. En estos momentos, el Sur representaba un modelo económico y social que dificultaba el desarrollo capitalista de los Estados Unidos.

La división entre el Norte y el Sur se hizo cada vez más insostenible. La guerra estuvo a punto de adelantarse en varias ocasiones como consecuencia de las fricciones producidas en ambos bloques por sucesos como la entrada de California como estado abolicionista en 1850. Finalmente, comenzaría el 12 de abril de 1861 tras la toma de una serie de fuertes del Norte por la población sureña. Tras ello, el discurso antiesclavista corrió como la pólvora como una excusa para justificar la guerra a una población que en un principio no entendía muy bien las razones de la misma. Esta sangrienta contienda, que enfrentaría a los unionistas del Norte con los confederados el Sur, duraría cinco años e iniciaría una serie de cambios que marcarían el devenir de la historia de los Estados Unidos hasta el día de hoy.

A pesar de la importancia de la guerra, ésta aparece a lo largo de las dos horas y media que dura la película como un telón de fondo. En lo que verdaderamente se centra será en los inicios de la Reconstrucción y promulgación de la XIII Enmienda con la que se aboliría la esclavitud sin dotar a la población afroamericana de ningún derecho político o jurídico, razón por la cual deberán crearse dos enmiendas en los años posteriores. La creación de esta enmienda no estuvo libre de disputas en la Unión, ya que no todo el Norte estaba dispuesto a dotar de esta libertad a la población afroamericana, sobre todo por los derechos que de ella deberían generarse. Posteriormente, la Enmienda no sería propuesta hasta el 31 de enero de 1865 y aprobada el 6 de Diciembre de 1865 cuando fue ratificada por las tres cuartas partes de los estados de la Unión, nueve meses más tarde de la finalización de la Guerra y la muerte de Lincoln.

La promulgación de la Enmienda estuvo sujeta a muchas presiones por parte de los abolicionistas y los estados esclavistas del Sur fieles a la Unión. Finalmente, Lincoln propuso una emancipación gradual con la que persuadir al Congreso para que al inicio del siglo XX todo el país hubiera abolido la esclavitud. Este edicto sería declarado por el presidente en calidad de comandante en jefe por lo que sólo podría ser aplicado en el territorio de la Confederación. Esta medida provocaría duras críticas por parte de los congresistas que consideraban que Lincoln estaba extralimitándose de sus poderes. Para ser más concretos, los demócratas del Norte veían esta medida como injustificada, inconstitucional y provocadora de una prolongación de la guerra. Sin embargo, esta medida es la que ha dado lugar a que hoy en día se conciba en el imaginario popular esta guerra como una guerra por la libertad humana y por la Unión.

3 - Realidad o ficción

Al igual que otros directores de su época, Spielberg utiliza muchos elementos discursivos a lo largo de toda su película, mezclando no sólo los elementos orales sino también estéticos que condicionan la película creando temas secundarios que refuerzan los principales. A continuación se comentará una serie de licencias históricas empleadas en la realización del film y que no consiguen otra cosa que falsear la realidad del momento para enaltecer la figura de Lincoln y la historia de los Estados Unidos.

El primer elemento más destacable sería el hilo conductor del propio guión, marcado por la Guerra Civil como una guerra por la liberación de los esclavos estadounidenses, la proclamación de la XIII Enmienda y las ansias del presidente para que ésta siguiera adelante. Estos tres temas configuran al presidente como el héroe de la nación americana que luchó en pro de los derechos de los afroamericanos. Esta visión personalmente no la considero del todo correcta ya que Lincoln, como muchos otros políticos y ciudadanos de la época, aunque creían en la necesidad de la emancipación de los esclavos del Sur (sobre todo por lo que dicha medida podía repercutir económicamente en el Norte) no veían a la población afroamericana como sus iguales. Esta actitud ambigua y contradictoria que caracterizaba a gran parte de la población estadounidense de la época queda muy bien reflejada en el libro de Harriet Beetcher Stowe La cabaña del tío Tom, escrito en los años previos al estallido de la guerra, o en las medidas “igualitarias” que aprobaron durante la contienda. Es el caso de la liberación de los esclavos en 1862 con el objetivo de que lucharan junto a los unionistas en sus propios batallones, pero siempre dirigidos por población blanca, medida con la que se preconizaba el posterior segregacionismo al que sería sometida esta población. La razón era que la población blanca del Norte, aunque no comprendía la situación de esclavitud del sur, tampoco se sentía cómoda conviviendo con la población afroamericana en una relación de igualdad. Esta incomprensión es algo que la película no llega a mostrar del todo, aunque es necesario reconocer que en contadas ocasiones aparecen personajes populares o diálogos de los políticos demócratas del Norte que dejan traslucir dicha opinión.

También resulta importante destacar que la actitud que muestra el Lincoln de Spielberg acerca de la igualdad de la población afroamericana dista mucho de la actitud que el propio presidente mantuviera en la época que narra la historia. Esto se puede confirmar a través de diferencias discursivas que se perciben si se compara al Lincoln de Spielberg y el histórico. En el caso de esta película el director pretende retratar a un personaje que lucha por la igualdad, el equilibrio, la imparcialidad y la justicia a través de escenas como la conversación que mantiene con uno de los taquígrafos horas antes de la aprobación de la XIII Enmienda donde hace declaraciones como “Las cosas que son iguales a una misma cosa son iguales entre sí”. Sin embargo, si se comparan estas declaraciones con otras realizadas en la misma época se puede apreciar con claridad que esta visión es muy partidista. “No estoy y nunca estaré a favor de llevar a cabo la igualdad política y social de las razas blanca y negra” (1).

Esta diferencia discursiva permite detectar la transformación psicológica a la que Spielberg somete al personaje para perpetuar el mito de “Abraham Lincoln libertador y defensor de los derechos de los afroamericanos”, ya que lo que realmente defendía Lincoln era dotar de libertad a los esclavos, pero sin considerarlos iguales ni darles derechos de ciudadanía plena. Esta visión era mucho más cercana a la del partido demócrata que a la de los republicanos radicales, los cuales sí creían en y querían la igualdad de derechos, actitud que se muestra en algunas ocasiones entre los antagonistas de Lincoln en esta película. Es por ello por lo que creo que S. Spielberg parece obviar la verdadera personalidad del personaje para construir otro a medida, según la que el presidente de Estados Unidos luchó contra viento y marea por la proclamación de la emancipación de la población negra, sin importarle las dificultades a las que se pudiera enfrentar.

Esta visión resulta bastante chocante sobre todo si se tiene en cuenta cuáles eran sus prioridades. Así pues, aunque Lincoln sentía cierto rechazo hacia la esclavitud, para él lo primero era preservar la Unión tal. Sus declaraciones son elocuentes respecto de esta cuestión: “Si para mantener la Unión hace falta liberar a los esclavos, lo haré, si para mantener la Unión es necesario liberar a unos y a otros no, lo haré también. Y si para mantener la Unión no puedo liberar a un solo esclavo, lo haré así” (2).

Al comparar estas declaraciones del presidente con el discurso narrativo de la película, resulta muy difícil creer que realmente Lincoln fuera a la Guerra por la liberación de los esclavos o que la prolongara para la conseguirles una serie de derechos. Además, S. Spielberg muestra un personaje con una seguridad increíble en que dicha medida saldría adelante, algo que tampoco convence demasiado, sobre todo si se tiene en cuenta que Lincoln mantuvo la enmienda guardada cerca de seis meses antes de proponerla ante el Congreso.

Parece también pertinente recalcar como algo ficticio y que resulta ser parte central de la película la propia proclamación y aprobación de la XIII Enmienda. La película no muestra la fecha exacta, pero, por los hechos históricos que desarrolla (la rendición del General Lee), se puede decir que encuadra su aprobación hacia finales de la Guerra Civil. Por la celebración que de ella se deriva, parece que esta polémica enmienda entra en vigor tras la aprobación del Congreso (hecho que relata la película), cuando en realidad no sería aplicada legalmente hasta su ratificación el 6 de diciembre de 1863, casi nueve meses más tarde de que terminara la contienda. Obviamente, Spielberg juega con esta ambigüedad para remarcar el hecho de que fue el propio Lincoln el que, gracias a su lucha incesante por la igualdad, consiguió que el pueblo aprobara esa gran enmienda que puso las bases hacia la igualdad. Sin embargo, no sería hasta finales de ese mismo siglo cuando, con la proclamación de la XV enmienda, se consiguieran verdaderos derechos legales, que no reales, de la población afroamericana.

Por último, siguiendo este mismo hilo conductor se debe apuntar al hecho de que, en el momento de su aprobación, aparecieran en la sala una gran cantidad de población afroamericana para ver la votación de la enmienda. Aparte del sentido simbólico que conlleva el que estas personas aparecieran por la cámara, realmente dudo que fuera así, ya que las presiones entre conservadores, radicales y demócratas en esos momentos eran enormes, y esta acción podría haber provocado que la enmienda no hubiera salido adelante. Además, no puede obviarse que la aceptación de la población blanca del Norte hacia la población afroamericana distaba mucho de ser plena por lo que dicha escena es más que extraña para la época.

4 - Construcción del discurso fílmico

Tal y como se ha podido comentar, el hecho de que la película se centre en la promulgación de la XIII Enmienda hace que tanto la Guerra Civil como la vida personal del presidente pasen a un plano secundario. No obstante, es de suma importancia para comprender el discurso final de la película, ya que Spielberg la dota de un gran simbolismo. La familia de Lincoln, pero más concretamente la relación que presenta con su hijo menor Thomas (Tad) Lincoln (1853–1871) es la fórmula utilizada por el director para crear una visión paternalista de la figura de Lincoln que se corresponde con la realidad. Metafóricamente Spielberg representaría en la figura del pequeño a la Nación americana que ve como su padre, el presidente del gobierno, está luchando por la liberación de la población afroamericana que no es más que parte de la población de su país. Por eso, el pequeño Thomas aparece viendo constantemente imágenes de otros niños afroamericanos o disfrazándose como los soldados de la Unión que estaban luchando junto a Lincoln por la liberación de su pueblo. Ésta no será la única metáfora que utilice a lo largo de la película, pero sí es la más destacada, ya que perpetúa la visión presidencial vista anteriormente.

Además de este carácter paternalista, el director también confiere al personaje cierto carácter providencialista utilizando recursos orales y visuales. Entre ellos, debe ser destacada la comparación e identificación que el propio personaje hace con la figura del capitán Akad de Moby Dick, donde lucha contra el mal de estos barcos asimilados a la esclavitud. Hay que añadir igualmente el uso de la luz, que sirve para crear un discurso visual evolutivo a lo largo de toda la película. Al principio, la figura de Lincoln aparece rodeada de un halo de oscuridad y conforme la XIII Enmienda parece más real el director va abriendo el objetivo de la cámara dejando que se ilumine la cara del personaje progresivamente. El momento culminante se produce cuando la ley se aprueba y se muestra a un Lincoln, acompañado de su hijo menor, en medio de un haz de luz blanca acompañado de campanas victoriosas, indicando con ello que el destino que tenía marcado ya estaba realizado.


© 20th Century Fox

Es por esta razón por la que creo que el director pensó en terminar la película con la muerte del protagonista, a pesar de no haber contado casi nada de su vida, ya que así más subrayado su carácter mesiánico y heroico. Al igual que expuso en una reciente conferencia en la Universidad de Granada el profesor de la Universidad de Cádiz Óscar Lapeña (3) tratando de los estereotipos comunes en las películas ambientadas en la Antigüedad y calificadas con el término de peplum, en las que el héroe siempre desaparecía al final de la película, en esta ocasión Spielberg utiliza este mismo recurso. Una vez que Lincoln ha desempeñado la función que el destino, o Dios, le había encomendado, termina muriendo y sumiendo a la nación en un profundo dolor por perder a su héroe y libertador.

Para terminar con el discurso providencialista de Lincoln ha de mencionarse el modo de presentación del final de la película tras la muerte del presidente. En esta ocasión, Spielberg vuelve a ofrecernos un discurso donde el lenguaje no verbal supera al verbal. Lincoln aparecería emitiendo un discurso con los brazos abiertos, como si de un pastor que da su sermón se tratara, rodeado de la población estadounidense blanca y afroamericana. El que aparezcan todos juntos resulta un elemento fundamental, puesto que la imagen que transmite con este discurso es la de que “supuestamente” Lincoln habría conseguido la unidad tras la finalización de la Guerra Civil y, por esa razón, pide la misma unidad con el Sur.


© 20th Century Fox

Siguiendo esta línea de unidad e igualdad del Norte, Spielberg va a utilizar muchos elementos a lo largo de su película. Además del ejemplo mencionado se van a destacar tres más. El primero sería al empezar la película cuando aparece la figura de Lincoln sentado recordándonos el monumento a Lincoln de Washington y donde escucha de forma activa e interesada a dos soldados afroamericanos que le reclaman la desigualdad entre sus sueldos con el de los soldados blancos. En esta escena, la actitud que el director muestra del presidente es relajada y divertida ante las cosas que estos dos soldados le cuentan.


© 20th Century Fox

El siguiente sería cuando “secuestran” a los delegados del Sur para retrasar la firma de la paz, quienes son recibidos por soldados afroamericanos que de nuevo aparecen junto a soldados blancos. Por último, estaría el momento de la aprobación de la XIII Enmienda cuando llegan los civiles afroamericanos y se sientan en el Congreso. Estas muestras no son más que meros ejemplos de cómo, sin palabras en algunas ocasiones, Spielberg retrata la supuesta igualdad del Norte frente al Sur, puesto que el fin de la guerra no fue más que el principio de la lucha activa de la comunidad afroamericana para conseguir que fueran respetados sus derechos civiles. Derechos que no serían reconocidos hasta bien entrado el siglo XX.

Por revestir gran importancia en el film, es conveniente retomar el tema de la muerte de Lincoln y la forma en la que es mostrada por Spielberg utilizando solo la imagen y la música. El director evita las imágenes morbosas a las que el cine actual nos tiene tan acostumbrados. En esta ocasión no hay sangre, ni se nos muestra cómo el actor John Wilkes Booth (1838-1865) dispara en el teatro el 14 de abril de 1865. Simplemente utiliza una música de ópera donde la tensión está muy presente, para aparecer al final un hombre dando la noticia de la muerte del presidente a los espectadores del teatro en el que se encontraba su hijo menor. Otro buen ejemplo de la utilización de este tipo de discurso sería la escena donde el presidente ve junto a sus hombres todas las muertes que la Guerra Civil había provocado. Al igual que en la escena anterior, el director se va a servir de imágenes y de una música triste y melancólica para introducirnos, no sólo en el horror de lo que supuso esta guerra, que como hemos indicado anteriormente ha sido la más sangrienta de la historia de los Estados Unidos, sino también en la propia conciencia del presidente que ve como todas estas muertes han contribuido a la consecución de sus propios objetivos, la emancipación. Gracias a este recurso, Spielberg consigue agilizar una película que en ocasiones está demasiado cargada de diálogos largos, densos y en ocasiones metafóricos e irónicos que demuestran las ricas capacidades oratorias de las que hacía uso Lincoln.

Un asunto más a tratar sería la forma en la que son dibujados los personajes que aparecen en la película, destacando sobre todo la dualidad entre Abraham Lincoln y Thaddeus Stevens (1792-1868), personajes que lucharon de distinta forma por la abolición de la esclavitud.


© 20th Century Fox


© 20th Century Fox

Esta dualidad se mantiene a lo largo de toda la película gracias al uso que Spielberg hace de las luces ya que Stevens (4) siempre estará rodeado de un profundo oscurantismo remarcado por sus ropas, su voz (lenta y pausada), su actitud serena y calculadora, etc. Sobre su actitud, debemos destacar la escena final donde Lincoln y Stevens buscan apoyos para que se pruebe la XIII Enmienda. En ella, la película alterna distintas escenas correspondientes a un mismo tiempo histórico donde ambos personajes están llevando a cabo la misma conspiración pero de distinta forma. Mientras que el decorado que rodea a Lincoln hace pensar que está bajo tierra y con intermediarios, de forma que no dé lugar a ningún escándalo abierto que comprometa a su persona; la figura de Stevens se muestra en su despacho, seguro de lo que hace y sin importarle las consecuencias de sus actos, ya que hostiga directamente a uno de los congresistas demócratas. La importancia de esta figura no es fortuita, porque el director utiliza al personaje de Lee Jones para remarcar las características del presidente estadounidense. Algo que se demostraría en la escena final de la película cuando Stevens le comenta a su esposa la aprobación de la XIII Enmienda “La medida más importante llena de corrupción urdida por el hombre más puro de América”.

Una cuestión más sobre la que incidir es la forma en la que se dibuja la figura de Lincoln a lo largo de la película, interpretada por un magnífico Daniel Day–Lewis. Actor, maquilladores y director consiguen dar una visión muy realista de cómo era el presidente, no sólo físicamente (su delgadez y movimientos pausados), sino también psicológicamente. Para ello, Spielberg vuelve a utilizar el discurso visual donde a través de la luz y primeros planos consigue matizar los sentimientos y la personalidad de un personaje lleno de claroscuros. El mejor ejemplo que se puede citar al respecto sería la conversación que mantiene con su esposa tras la incorporación de su hijo mayor, Robert Todd Lincoln (1843-1926) al ejército de la Unión. En esa escena, se aprovecha precisamente el punto álgido de la discusión para que el reflejo de la luz de un rayo se proyecte en la cara de Lincoln.


© 20th Century Fox

Esta imagen tétrica no hace más que destacar el infierno personal por el que el personaje está pasando, no sólo por su hijo sino por todos los hijos que ha perdido como padre de la nación. Con estos toques de luces y primeros planos, Spielberg va a conseguir en numerosas ocasiones retratar esa personalidad triste y difícil que el presidente de los Estados Unidos tenía.

5 - Conclusión

Teniendo en cuenta los grandes elementos ficticios y el discurso que el director usa a lo largo de su película, ha de reconocerse su labor discursiva y su documentación. La película refleja con gran fidelidad lo que fue esta época. En ella se consigue introducir al espectador que solo conozca aquello que se dice de este personaje, en una historia muy bien contada donde se cuida hasta el decorado más simple. Además, sorprende gratamente el uso lingüístico de la época para referirse a la población afroamericana. En estos momentos, la palabra “negro” era la más utilizada por la población blanca y es la que a lo largo de toda la película utilizan todos los personajes, a excepción de Lincoln y Stevens que en varias ocasiones comienzan a utilizar gente de color, preludio de lo que será el avance lingüístico para la aceptación de la población afroamericana.

El discurso que se transmite con el film no es simplista ni aleatorio. La intencionalidad tanto del director como la de los guionistas y productores está claramente marcada; enaltecer la figura de Abraham Lincoln, hacer creer que la Guerra Civil fue una guerra en pro de los derechos de los afroamericanos, introducir un sentimiento de igualdad hacia el afroamericano en el Norte que lo diferencia del Sur esclavista y, por último, la visión de que Lincoln realmente quería conseguir dicha igualdad, cuando numerosos historiadores han dado una visión distinta de este personaje. Una cosa era que estuviera de acuerdo con la emancipación y otra bien distinta es que estuviera de acuerdo con la igualdad de derechos ante la ley.

Además de esta intencionalidad directa, quiero aventurarme en las posibles razones para la realización de una película biográfica de uno de los personajes más destacados de la historia de este país sin tener un aniversario de nacimiento o muerte cerca. Esta no sería otra que recalcar el hecho de que gracias al Partido Demócrata, Barack Obama ha podido llegar a la presidencia de la Casa Blanca por segunda vez consecutiva. También creo que la razón que llevó finalmente a Spielberg a realizar esta película es el hecho de que B. Obama, al igual que lo hiciera Lincoln en su tiempo, es un personaje que en cierto sentido rema en contra del viento. Durante su anterior mandato y en los inicios de este nuevo ha intentado luchar contra dos elementos claves dentro de la cultura estadounidense, las armas y la sanidad, medidas que no ha conseguido poner en práctica del todo, pero con las que, sin duda, ha plantado los cimientos para conseguir una mejor situación, como en su día lo hiciera A. Lincoln.

También me gustaría remarcar el hecho de que en los últimos dos años se hayan estrenado películas que traten como tema principal sobre algo relacionado con la comunidad afroamericana en Estados Unidos. Tanto Django (2012) como El Mayordomo (2013) muestran, en dos épocas distintas, la lucha y la situación de esta población en los Estados Unidos. Esto es algo que creo que es muy beneficioso ya que, a pesar de los grandes avances que esta población ha conseguido a lo largo de la historia por la igualdad entre afroamericanos y blancos, aún queda un camino muy largo por cubrir. A este camino se le deben sumar las desigualdades que sufren otros grupos sociales en este país y que, en cierto modo, se han convertido en “los nuevos negros” que tienen que luchar por sus derechos en un lugar que se presenta como país abanderado de la libertad. Por ello, creo que estas películas son muy importantes, ya que destacan la situación que esta población ha vivido y en cierta medida sigue viviendo, es decir, impiden que caiga en el olvido todo aquello por lo que han pasado. Este aspecto resulta de gran importancia, puesto que el olvido o la creencia de que todo ya está superado llevan al conformismo y a la perpetuación de situaciones de desigualdad.

 

Notas

(1) MORGAN R., “The Great Emancipator and Issue of Race” [en línea] Institute for historical review [consultado en 01.09.2013] http://www.ihr.org/jhr/v13/v13n5p-4_Morgan.html.
(2) Ibidem.
(3) Fue pronunciada como conferencia inaugural para el Máster de Arqueología y para el Máster de Historia de la Universidad de Granada el 29 de Octubre de 2013.
(4) T. Stevens (1792-1868), político estadounidense líder del sector radical del Partido Republicano. Lucharía activamente en pro de los derechos de los afroamericanos.

Bibliografía

DE LA GUARDIA C., Historia de los Estados Unidos, Sílex, Madrid, 2009.
JENKINS P., Breve historia de Estados Unidos, Alianza, Madrid, 2007.
JONES M.A., Historia de los Estados Unidos 1607–1992, Cátedra, Madrid, 1995.
HOLZEL H., Emancipating Lincoln: the Proclamation in text, context, and memory, Harvard University, Cambridge, 2012.
REY VICENTE M. del y CANALES TORRES C., Abraham Lincoln. La fuerza del destino, Edaf, Madrid, 2013.
STRINER R., Lincoln and Race, Southern Illinois University Press, Carbondale, 2012.
MORGAN R., “The Great Emancipator and Issue of Race” [en línea] Institute for historical review consultado en 01.08.2013] http://www.ihr.org/jhr/v13/v13n5p-4_Morgan.html.
OÑATE MÉNDEZ A., “El sur de los EEUU: Desde la esclavitud hasta la lucha por los derechos civiles (Un crítico repaso histórico) [en línea] Universidad de Cádiz, Trocadero, 2004.
[consultado en 01.08.2013] http://revistas.uca.es/index.php/trocadero/article/viewFile/710/582.

VOLVER

ISSN 1988-8848