ANDREI KONCHALOVSKY

Director

 

Entrevista realizada por Javier Díaz Box

 

Recibido el 27 de Septiembre de 2012
Aceptado el 19 de Octubre de 2012


www.konchalovsky.ru

Nacido en Moscú en el año 1937, procedente de una de las familias de más renombre de Rusia (pintores, escritores… su hermano mayor es el conocido director/actor -y político- Nikita Mikhalkov). Diplomado en el Conservatorio de música y en la Escuela de cine de Moscú, colabora en los guiones de “El violín y la apisonadora” (1961); “La infancia de Iván” (1962) y “Andrei Rublev” (1966) junto con el mitificado Andrei Tarkovsky.

Mientras escribe algunos guiones para, o junto con, otros compañeros de generación, realiza “El primer maestro” (1965), título considerado para muchos como uno de los símbolos de la renovación del cine soviético; “La felicidad de Asia” (1967), donde una joven queda embarazada sin preocuparse demasiado de quien es el padre y el susodicho no quiere reconocerlo. Dicho tema hizo que tardase en estrenarse en su país 20 años.

Visto que no puede volcarse en un cine personal, realista, lo hace en una serie de encargos que le reportan no poco prestigio. Así realiza “Nido de nobles” (1969); “Tío Vania” (1971), adaptación del celebérrimo Chejov que le reporta la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián; “Romance de enamorados” (1974), etc., y es con “Siberiada” (1978) un filme de casi cuatro horas (de culto para muchos, clásico para el resto) con el que llama la atención internacional galardonado en varios festivales, incluido el todopoderoso Cannes.

Esto le reporta la posibilidad de rodar fuera de su país y es tentado por Hollywood donde rueda “Los amantes de Maria” (1984) filme que emparejaba a Nastassia Kinski con Robert Mitchum entre otros; “El tren del infierno” (1985) más conocido por ser un guión original de Akira Kurosawa y por una pareja protagonista realmente notable John Voight y Eric Roberts (ambos nominados a los Oscar); “Ansias de vivir” (1986) con Julie Andrews (1); “Vidas distantes” (1987) le da a su co-protagonista Barbara Hershey el premio en Cannes; “Homer & Eddie” (1988) con Woopi Goldberg y James Belushi, una cinta realmente irritante por culpa de la pareja protagonista que recibe la Concha de Oro en San Sebastian (sic); “Tango y Cash” (1989) film de acción al uso con Sylvester Stallone y Kurt Russell; “El circulo del poder” (1991) con Tom Hulce (ya caído en desgracia y sin quitarse el sambenito de su aclamado Amadeus), recrea la historia del proyeccionista de Stalin, película más famosa porque se rodó en el mismísimo Kremlin por otros motivos meramente artísticos; “Asia o la gallina de los huevos de oro” (1994); “Lumiere y compañía” (1995) intento de homenajear el centenario del cinematógrafo con una elección de lo mas aleatoria entre sus cuarenta directores de tan bienintencionada idea; “La casa de los locos” (2002) la cinta más interesante de sus últimos 20 años ; “El león en invierno” (2003) se une a otra adaptación “La odisea” (1997) en cuanto a proyectos megalómanos realizados para la televisión con repartos de los mas lujoso y variopinto.

Cerrando la lista de tan insigne cineasta la impresentable (por numerosos motivos) “El cascanueces 3D” (2010), motivo por la cual en su presentación en Madrid nos dedicó unos minutos, que pasamos reproducir.

- ¿Cómo fueron sus comienzos, en su época de aprendizaje con Mijail Romm (2)?

- Mijail Romm, fue un profesor estupendo y una persona maravillosa, y no sólo aprendí de él, también observando muchas películas de todo el mundo.

- ¿Fue en esta época donde coincidió con Tarkovsky, no? ¿Cansado de que le pregunte por él?

- No, me alegro de que sea tan famoso, estudiamos juntos, sí; cada uno en su proceso de formación. Guardo muy buenos recuerdos de esta época.

- Resulta paradójico que siendo un autor de reconocido prestigio, y de éxito en la URSS (de entonces) con obras como Tío Vania, Siberiada y otras decidiera exiliarse a Norteamérica.

- Más que nada en aquella época yo quería viajar, conocer mundo, era la época de la cortina de hierro y salir de Rusia era muy difícil, se necesitaban muchos permisos. Quería trabajar, viajar y ganar dinero.

- En su etapa americana, de películas de arte y ensayo para la productora Cannon ¿guarda buenos recuerdos de aquella época?

- La verdad es que les estoy muy agradecido a ellos por esa época, que me dieran esta oportunidad porque yo hacía películas de actor y me permitieron hacer esto de autor; era muy arriesgado para ellos, de hecho tan sólo una de ellas llegó a distribuirse en el mercado americano.

- ¿Cómo fue su adaptación en el sistema de trabajo norteamericano, con respecto al de la antigua URSS?

- Primero, no pude encontrar trabajo durante los primeros tres años. En aquella época experimenté lo que casi todo el mundo vive, que es que nadie te quiere, yo ya estaba formado como director, pero nadie me quería. Era muy difícil conseguir financiación. La gran diferencia una vez conseguido el dinero, era la gran profesionalidad con la que trabajan, grandes profesionales sobre todo en lo técnico, siempre están en busca de los últimos logros técnicos.

- ¿Realmente “Tango y Cash” supuso un quebranto en su carrera?

- No. Yo llegué a un punto en Hollywood en el que ya les había llamado la atención, y decidieron intentar darme un encargo como director comercial. Porque directores que no son comerciales, no son nada bienvenidos en Hollywood. La primera película que se hace para Hollywwod es una prueba de fuego, y si el director es de fácil trabajo, lo llaman una persona fácil, pero a mí me tacharon de difícil, y entonces cada uno nos despedimos sin estar satisfechos.

- ¡Pero no terminó la película!... y su nombre sigue vinculado a ella, en lugar del recurrente Alan Smithee

- No, era importante el nombre para recaudar. Ten en cuenta que se necesita un tanto por cierto de filmación para cobrar por tu trabajo. Cuando yo llegué a ese punto que ya había cubierto, a ese requerimiento, empecé a portarme de una forma totalmente insoportable hasta que me despidieron y así poder cobrar mi sueldo. Yo les decía que iba a ejercer mi derecho legal de disponer de tres meses para montar la película (por el sindicato de directores) pero ellos querían sacar la película para navidades y si yo hubiera ejercido mi derecho de hacer ese montaje la habrían sacado en febrero. Y de hecho fui de Hollywood directamente a San Sebastián donde me dieron la Concha de Oro, por otra película; pero en aquella época seguía vinculado por contrato a la Warner. Resulta que aunque había abandonado el proyecto, o despedido, por contrato pagaban mis gastos, tenía meses de gastos pagados, coche, viajes, hoteles (risas). Fue la mejor época de mi vida, sin trabajar y viviendo como un príncipe. ¡Fantástico!

- Tiene formación de conservatorio de música. ¿Cómo ha sido el proceso de elaboración de “El cascanueces”?

- No lo sé. Es imposible de explicar, aunque me siento como músico, me resulta muy difícil explicarlo. Lo que si sé exactamente es lo que quiero; puedo explicarlo y aún así esto resulta muy difícil trasladarlo a los músicos. Cuando quiero cierto tipo de instrumentación determinado aquí, me preguntan por qué quiero esto exactamente, y se enfadan, porque soy muy exigente en ese sentido.

- ¿No cree que le ha quedado una historia muy oscura, para ir dirigida al público infantil?

- No, bueno… es oscura sí, da miedo, eso es lo que quería transmitir, pero no es cruel, no hay sangre, no hay cadáveres. Es muy británico en ese sentido, pero asusta.

- El tópico de que no debes trabajar con niños ni con animales, usted se lo salta a la torera, porque aquí tenemos críos, ratas y hasta juguetes! ¿Cómo se atreve?

- (Risas) Hay cosas que sólo se pueden hacer con niños claro. Es un carnaval de teatro, una sátira. Además las ratas no dan tanto miedo, son patosas, graciosas, aunque hacen cosas realmente malas (risas).

- Para alguien que proviene de la vieja escuela, ¿cómo ha sido enfrentarse al proceso del 3D?

- La película está rodada en 2D, luego esta moda de convertir todo en 3D hizo que se comercialice en estas dos modalidades. Sólo se han utilizado en escenas muy puntuales, los americanos son muy exagerados y estúpidos, de repente todo lo quieren en 3D. Es un abuso.

- ¿Cree que será una moda pasajera?

- Sí, absolutamente. Hay muchas películas que no deberían ser en 3D. Se puede utilizar muy bien, eficazmente para deportes, en teatros, óperas, ballet...

- ¡Como “Pina” de Wim Wenders!

- ¡Exacto! Es fantástico.

- Para terminar, me gustaría que me dijera si hoy en día sería posible una película como Siberiada.

- En Rusia quizá, si Putin pone el dinero. Recuerdo que esta película tuvo mucho éxito en España, estuve en su estreno en un cine cerca de las Cortes. Con un cartel enorme en la fachada. Y a los cinco días tuvo lugar el golpe de estado de los coroneles. ¡Estaba lleno de gente! Y claro, me mandaban las fotos de los miles de personas que se agolpaban por lo que ocurría en el congreso en donde el cartel de mi película sobresalía, y me decían… ¡que éxito! (risas) Algunos creyeron que esa multitud estaba ahí por mi película (risas).

Notas

(1) Encubierta dramatización de lo que le ocurriera a la violonchelista Jacqueline Du Prè (aquejada de esclerosis múltiple y mujer de Daniel Baremboin), llevada al cine con mejor fortuna en 1998 en “Hilary y Jackie” con Emily Watson.

(2) Uno de los cineastas más celebrados y productivos del cine soviético (famoso también por su labor docente).

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ISSN 1988-8848